Las revistas de belleza y dietas han satanizado al humilde sándwich, que ya sea con una capa de mantequilla derritiéndose o con una buena lonja de mortadela, siempre está ahí para salvarnos el día. Pero armarnos un pan no es tan malo como dicen: es el “cómo” y “con qué” lo que puede marcar la diferencia.

Así que la revista de salud Health nos trae el listado de los ingredientes ideales y cuáles hay que evitar, para que puedas pegarle un mordisco tranquilo.

1.- Bueno: La palta
Si existe una fuente de la eterna juventud, esta fruta lo sería: antioxidantes, 20 diferentes vitaminas y minerales, fibra, vitamina E y K, magnesio, potasio y la capacidad de aumentar tu colesterol bueno y reducir el malo son los beneficios que consigues echándole media palta a tu sándwich.

Y si sientes que estas razones no son suficientes, te contamos que si lo combinas con otras verduras te ayudará a absorber mejor sus antioxidantes.

Niklas Pivic (cc) | Flickr
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2.- Pésimo: Mayonesa
Según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios de Chile, el consumo de mayonesa por persona en nuestro país alcanza los 1,7 kilos anuales. El problema es la alta presencia de grasas saturadas y sodio en este producto, por lo que si es consumido frecuentemente podría causar problemas cardiovasculares.

Las mayonesas lights tampoco se salvan, porque aunque contienen menor cantidad de grasas y aditivos dañinos a la salud, tienen demasiada sal. Lo ideal es evitar utilizarla muy seguido y buscar otras opciones, como la del siguiente ítem.

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3.- Bueno: Hummus
¿Has probado alguna vez el hummus? Puede sonar como el nombre de un hongo, pero en realidad se trata de una pasta que se arma con garbanzos, jugo de limón, aceite de oliva y otros condimentos, tal como señala esta receta de Veo Verde.

Si quieres quitar la mayonesa de tu sándwich, esta es una excelente opción, ya que contiene proteínas vegetales, vitaminas, minerales, hierro y antioxidantes. Si quieres añadirle más sabor, mézclalo con verduras salteadas o rostizadas.

4.- Pésimo: Carne procesada
Cuando miramos una lámina de jamón ahumado o salami es un poco complicado imaginarnos al animal. Esto ocurre porque no son un simple corte del músculo (como el bistec de vacuno o una pechuga de pollo), sino que están llenos de aditivos y preservantes. Por lo tanto, contienen una mayor cantidad de calorías, grasas, sodio y otros elementos dañinos.

Además, un estudio de la Universidad de Harvard probó que quienes consumen estos alimentos tienen más chances de desarrollar diabetes y enfermedades cardíacas.

LoKan Sardari (cc) | Flickr
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5.- Bueno: Alimentos avinagrados
Los alimentos y salsas basadas en vinagre (tales como pepinillos y cebollas en escabeche) tienen un bajo aporte calórico y contienen muchos antioxidantes y ácido acético; el último es conocido por ayudar a controlar la presión sanguínea y los niveles de azúcar. Además, estos alimentos tienden a quitar el hambre por su fuerte sabor, por lo que puedes comerlos para mantener tu peso.

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6.- Pésimo: Pan blanco
A veces el problema no es lo que se le pone al sandwich, sino que el tipo de pan que escogemos ¿Te la pasas en el gimnasio y nunca logras bajar de peso? Quizá es la hallulla lo que está saboteando tus esfuerzos: un estudio de la Universidad de Navarra siguió de cerca los hábitos alimenticios de 9 mil personas y descubrió que aquellos que comían 2 o más porciones de pan al día, tenían 40% más de posibilidades de tener sobrepeso, que aquellos que comían menos de una porción semanal.

La mejor opción para tu salud: el pan integral, el cual ayuda a reducir el riesgo de obesidad, enfermedades cardíacas y diabetes.

Rebecca Siegel (cc) | Flickr
Rebecca Siegel (cc) | Flickr

7.- Bueno: Cebolla
La cebolla no sólo es una sabrosa verdura, también es un antiinflamatorio natural y protector del sistema cardiovascular. Además, sus componentes ayudan a mantener los niveles de azúcar en la sangre, densidad de los huesos y aumentan nuestras defensas. ¿Qué mejor?

Otras ideas para armar un pan más sano: evitar el queso (por sus altos niveles de grasa y sodio), utilizar más verduras que carne y siempre comer el sándwich “abierto”, porque así podrás añadirle más ingredientes y aumentará tu sensación de saciedad.