Santiago Moreno Porretti (16) era un chico argentino que constantemente tenía problemas aprobando los ramos del colegio. Lo que nadie esperaba es que una mala nota en Literatura lo llevara a abandonar repentinamente el establecimiento, sin siquiera recoger sus pertenencias.
La única señal de vida la dio un par de horas después: se trataba de un escalofriante mensaje en su muro de Facebook que hizo que sus familiares temieran lo peor, como detalla el medio argentino Infobae.
Lee también: El escalofriante relato de un violador indio: “Ella debió estar callada”
“Este es mi último mensaje que daré para todos. Toda mi vida viví con una infelicidad y soledad. Pude vivir mis 16 años gracias a mi familia, quienes a pesar de lo difícil sea la situación, siempre me ayudaron. Yo agradezco que tenga una familia excelente, pero lo único que hice por ellos fue darles vergüenza y quitarles todas las posibilidades de viajes, salidas y todo lo bueno”, detalló en esta red social.
Lo que más preocupó a sus padres fue el remate del mensaje: “Siempre tuve ese deseo de quitarme la vida por ser un chupasangre de mi familia. También lamento a mi única amiga por esa discusión inútil que yo provoqué y espero que me perdone y siempre la amé y me sentí muy mal. Por eso, espero que me disculpes. Gracias a todos, mis padres, mi hermana, mis profesoras particulares y a mi amiga por bancarme todos estos años y los quiero. Adiós para siempre”.
Rápidamente comenzó una desesperada búsqueda del joven. En una entrevista con medios de la TV argentina, su madre admitió estar en shock por su reacción: “Siempre se llevó materias, no era una cosa nueva. Se sintió frustrado de estudiar, estudiar, estudiar y no aprobar. No lograba lo que quería a pesar de las maestras particulares”.
Esta le envió un sentido mensaje a través de las cámaras: “Volvé a casa. Nada es tan importante. Te estamos esperando, te amamos”.
Finalmente, un hombre lo reconoció en el barrio de Recoleta, Buenos Aires. Inmediatamente fue llevado a la comisaría y luego, hasta la casa de sus padres. El adolescente regresó tranquilo, pero aún deprimido y conmocionado por el alcance que tuvo su desaparición en los medios.
