Erica Faith Hagan se definía como una viajera, no como una turista. Ya había vivido una temporada en Chile, tres años atrás y rambién tuvo la oportunidad de recorrer Europa… hasta que encontró la muerte en Temuco, el pasado 5 de septiembre.

“Amo ser de Kentucky (…) pero quedarme nunca ha estado en mi sangre. Hay algo tan fascinante sobre conocer nuevas personas e ir a nuevos lugares”, relataba en su blog personal titulado ¿Dónde en el Mundo?, pocos días antes de que su cuerpo fuera hallado tendido en una tina con tres golpes en la cabeza. Por este crimen, sólo existe un imputado: Domingo Cofré Ferrada, de 44 años, quien afirma ser inocente.

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Hasta que un reciente peritaje del Ministerio Público reveló algo preocupante: en la escena del crimen encontraron el ADN de una funcionaria de la PDI que trabajó en el sitio del suceso. Esto dejaría entrever que hubo “una pésima manipulación de la evidencia”, como acusa su abogado defensor Javier Jara Müller, en entrevista al Diario El Austral de Temuco.

Su colega, Luis Felipe Romero, agrega que es un hecho grave, ya que “da cuenta de que existe un cúmulo de errores que eventualmente podrían dar con personas que nunca estuvieron en el sitio del suceso, que es lo que creemos de Domingo Cofré”. Al interior de la PDI se estaría llevando a cabo una investigación interna, para así determinar qué ocurrió en el trabajo del sitio del suceso.