Los graffitis se han convertido en un dolor de cabeza para autoridades, administradores de locales comerciales y hasta dueños de casa. No hablamos de las piezas de arte que a veces decoran y hermosean las murallas de la ciudad, sino que de los garabatos hechos a punta de lápiz y spray, y que por lo general reflejan grandes reflexiones de la vida, como “Juan ama a Ana” o “Albo campeón”.
Este fue lo que le ocurrió al dueño de un restaurante en Poulsbo (Washington), quien vio con horror cómo alguien había escrito “Arma de Cristo” con un marcador, junto a los dibujos de varias estrellas invertidas. Pero en vez de borrarlo, este administrador decidió burlarse creativamente de este “artista”…
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Este decidió crear una placa de plástico, similar a la que acompañan a las obras de arte en los museos. Esta titulaba la pieza como “Me falta creatividad”, por Anónimo. “En un intento por abandonar la estética, la obra ‘Me Falta Creatividad’ de Anónimo muestro un anticuado jeroglífico que permanece sin cambios desde finales de los 70’s”, escribe, como traduce Página 7.
Y luego continúa: “Aquí, un anónimo hace una fascinante petición a la retardada evolución humana y nos recuerda lo que debe haber sido utilizar un baño público (aunque de propiedad privada) en 1963. Si está interesado en comprar, el artista Anónimo puede ser encontrado vagando por las calles, preguntándose por qué continúa cesante”.
Lo más probable es que después de leer esto, el “artista” botó su lápiz Sharpie y se fue a llorar a otro restaurante o quizás, un bar de mala muerte con el baño todo rayado.