Sabemos que septiembre es un mes diseñado para beber a raudales y dormir a pata suelta “la mona”, pero no será una celebración muy divertida si el borgoña llega a bloquear tus antidepresivos.
Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, Chile se ubica entre los países que más consumen alcohol a nivel mundial, con una tasa de entre 7,5 y 9,9 litros de alcohol puro por persona. Por lo que no sería tan extraño ver a alguien bebiendo aunque esté en tratamiento médico, ignorando que esta práctica podría enviarlo directo a la larguísima cola del hospital.
Si quieres evitar una cuenta enorme de Urgencias o terminar necesitando un donante de hígado, mejor revisa los 8 medicamentos que no se deben mezclar con licor según la revista mexicana de ciencias Quo.
1) Antidepresivos
La depresión es la tercera enfermedad por la que más se piden licencias médicas en Chile. Pero no basta con tomar las pastillas que receta el médico y luego salir a carretear como si nada, ya que si se combinan con alcohol el resultado será peor que la enfermedad misma: se deteriora la habilidad de pensar, velocidad de reacción, coordinación y estado de alerta, exponiéndonos a graves accidentes o empeorando los síntomas de la depresión.
Esto ocurre porque tanto el alcohol como los antidepresivos comparten el mismo efecto: disminuir la actividad de nuestro sistema nervioso. Así que si estás en tratamiento psiquiátrico, habrá que descartar esa enorme botella de vino.
2) Anticonceptivos
Contrario a lo que muchos piensan, el alcohol no reduce la eficacia de las píldoras anticonceptivas. Lo que sí le ocurre a una mujer que las mezcle con su piscola, es que se intoxicará más rápido y durante mucho más tiempo, llevándola directamente a la resaca, el WC o a las malas decisiones.
3) Analgésicos
Si tomas Ibuprofeno o Aspirina de manera aislada y eres un bebedor moderado, no tendrás problemas. Pero si bebes cantidades muy elevadas de alcohol y lo mezclas con analgésicos, puedes irritar tu estómago y hasta desembocar en una úlcera o sangrado estomacal.
Si en cambio se mezcla con Paracetamol, perjudicamos a nuestro hígado, ya que tanto el alcohol como este medicamento se procesan en este órgano.
4) Medicamentos para el corazón y la presión arterial
El alcohol disminuye el rendimiento de los beta bloqueadores (químicos que desaceleran la frecuencia cardíaca y reducen la fuerza con la que se contrae el miocardio). Mareos, desmayos, letargo y arritmia son algunos de los posibles efectos que puede tener este terrible combinado.
5) Medicamentos para el colesterol
Las estatinas son el fármaco más utilizado para disminuir el colesterol. Aunque no interactúa de manera directa con el alcohol, es preferible moderar el consumo a dos vasos máximo por salida o de otra forma dañaremos nuestro hígado.
6) Pastillas para dormir
El alcohol por sí solo tiene efectos en el sistema nervioso, por lo que si se mezcla con este tipo de fármacos puede potenciar su efecto sedante, causando somnolencia severa y mareos. Esto nos expone a caídas, accidentes y hasta problemas respiratorios.
Además, nos hace dormir peor, ya que altera el ciclo del sueño, por lo que no será muy útil para el insomnio que intentas arreglar.
7) Medicamentos para la diabetes
En general, es pésima idea mezclar diabetes con alcohol, porque la famosa resaca nos provoca un bajo nivel de azúcar en la sangre… y estos medicamentos igual, provocando un desequilibrio.
También pueden haber otros efectos: por ejemplo, si mezclas “Metformina” con una ingesta excesiva de alcohol, hay probabilidades de que se acumule ácido láctico en la sangre, generando náuseas y debilidad. Otros químicos, como la clorpropamida y las sulfonilureas interactúan con los licores causando mareos, náuseas y enrojecimiento de la cara.
8) Fármacos para el reflujo y úlcera gástrica
Este caso es muy simple de explicar: estos medicamentos buscan reducir la acidez estomacal y el reflujo… y el alcohol produce estos mismos síntomas. Si se toma para una ocasión especial, no hay problema, pero la idea es no abusar.