Historias de malos tatuajes hay miles. Historias de tatuajes hechos producto de una noche de fiesta, un poco menos. Pero la historia de este hombre oriundo de Swansea, Gales, Reino Unido, es para no creerla.
Resulta que el sujeto, que no quiere divulgar ni su nombre ni su edad, tuvo una intenso fin de semana de puro carrete en la ciudad inglesa de Blackpool, y cuando despertó al día siguiente, como les pasa a muchos, no se acordaba de nada. Ni siquiera de la, probablemente, locura más grande que ha hecho en su vida: tatuarse unos lentes.
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“No tengo memoria de hacerme el tatuaje porque estaba celebrando y pasó cuando estaba boraccho. Me desperté la mañana siguiente y pensé que alguien había usado plumón permanente en mi cara”, señaló el hombre según consigna el medio británico Daily Mail.
Curiosamente, el hombre en ese entonces no se lo tomó tan mal, pues permaneció con el tatuaje durante casi dos años, y recientemente comenzó con el doloroso tratamiento para borrárselo. ¿Su razón? “No quería que mi familia se avergonzara de salir conmigo, así que decidí removerlo”, indicó.
Eso sí, el sujeto reconoció que tenía miedo al momento de someterse a la remoción con láser, puesto que no quería que le quedaran cicatrices o marcas muy notorias. “Había visto algunas historias horrorosas (de borrado) y algunos amigos tienen cicatrices en el lugar de donde se han eliminado los tatuajes, por lo que si había una posibilidad de que me quedaran cicatrices no había manera que me sometiera al proceso”, remató el hombre, quien de a poco va recuperando su rostro natural.