Cuando la estadounidense Karen Shepard se enamoró de Adam L. Marx, sabía que su vida era algo complicada. Él aún estaba casado, pero no vivía con su primera esposa desde hace años, así que decidió darle una oportunidad y dejarlo entrar en su vida.
“Él se iba a divorciar y pensé que realmente quería estar conmigo y mis hijos”, explicó al medio USA Today. Y lo hizo: él se divorció en 2001 y luego se casó con Karen un día de San Valentín. Pero el cuento de hadas duró poco… Al año después, Karen encontró una nota en la que decía que no podía soportar a sus hijos.
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“La primera vez que me dejó, se sintió como si alguien se metiera a mi pecho y desgarrara mi corazón fuera de mí”, detalló. En Navidad, Adam regresó y aunque Karen sospechaba que lo había hecho por el dinero, lo aceptó, diciéndole que era la última vez que toleraba algo así. “Si me vuelves a hacer esto, no te aceptaré de vuelta. Lo hice una vez, no lo haré dos”, le dijo.
La familia se fue a Montana para tener un comienzo desde cero y las cosas estuvieron bien, hasta que de pronto Adam comenzó a desaparecer y a acumular muchas deudas. Karen sospechaba que era infiel y le dio un ultimátum: o arreglaba sus cosas o se iba. Él escogió lo segundo.
Lamentablemente, el hecho la dejó con una enorme deuda y problemas de salud pro el estrés. “Si no fuera por mi hijo que estaba ahí, probablemente estaría en la calle. Estaba comenzando un negocio de limpieza y después de que me dejó, lo arruinó todo”, detalló. Se volvieron a ver una vez más en un estacionamiento, donde Karen le pidió el divorcio. Él prometió llamar y coordinar el trámite, pero nunca lo hizo.
Y esa fue la última vez que lo vio… por al menos 9 años, hasta hoy, cuando Karen logró contactar a su suegra a través de Facebook. Allí, la mujer le dio dos noticias: Adam no estaba desaparecido y además, tenía una nueva esposa. Como casarse dos veces sin un divorcio de por medio es ilegal, ella contactó a las autoridades para investigar.
Hoy, Adam enfrenta cargos por ser bígamo, fraude y falsa declaración en un matrimonio. “Yo me considero a mí misma casada. Pensaba que cuando te casas con alguien, lo haces de por vida, en la salud y la enfermedad”, declaró con frustración la pobre mujer.