La empresa estadounidense Johnson & Johnson, dedicada a la fabricación y comercialización de productos farmacéuticos, médicos y de cuidado personal, deberá pagar 72 millones de dólares a la familia de una mujer que murió de cáncer de ovario en octubre pasado.
Se trata de Jacqueline Fox, una mujer oriunda Birmingham, Alabama, Estados Unidos, quien falleció a los 62 años de edad en 2015.
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La enfermedad de Fox, diagnosticada hace tres años, estaría relacionada al uso durante más de 30 años del popular talco Baby Powder de la marca en cuestión. El producto era usado como parte de su rutina de aseo íntimo, de acuerdo a lo consignado por el medio inglés The Guardian.
Según informó el medio, la empresa estaba al tanto de los riesgos asociados al uso del talco para guaguas, sin embargo, decidieron no advertir a sus consumidores.
El juicio, llevado a cabo en Missouri, duró cerca de un mes, y finalmente se declaró a Johnson & Johnson culpable de fraude, negligencia y conspiración. Aún así, la empresa insiste en que su evidencia científica avala la seguridad de sus productos.
Cabe señalar que además del caso de Jacqueline Fox, solo en el estado de Missouri, se han presentado cerca de mil casos similares, y más de 200 en Nueva Jersey, de acuerdo a lo informado por Reuters.
Por otro lado, el medio estadounidense The Washington Post, consigna que en el juicio de Fox, se presentó como evidencia un documento interno de la compañía, donde un consultor médico de J&J, señaló en 1997 que “cualquiera que niegue los riesgos entre el talco ‘higiénico’ y el cáncer de ovario, será percibido por el público de la misma manera que los que niegan la relación entre fumar cigarros y el cáncer de pulmón: ‘negar lo obvio'”.
Por último, cabe recordar que en 2012, la empresa reconoció, tras la presión de una agrupación de consumidores, que algunos de sus productos sí contaban con agentes cancerígenos como el formaldehido y dioxano, por lo que a partir del 2015, eliminarían tales compuestos que se encontraban mayoritariamente en productos como el popular champú de la marca “No más lágrimas”.