Una adolescente que no puede ni siquiera mantener una cena bajo control, ha sido forzada a dejar el colegio debido a una misteriosa enfermedad que le provoca vómitos continuos, hasta 50 veces por día.
Anna Giles, de 17 años, ha bajado dos tallas desde que comenzó con estos episodios, hace tres años, cuando tenía apenas 14.
Lee también: Se iban a casar tras dos años de relación: ahora los enterrarán juntos
Al principio, su familia pensó que se trataba de una intoxicación alimentaria. “Me sentía muy mareada y sin razón aparente, luego comencé a vomitar“, señala Anna al medio inglés Metro.co.uk, y agrega: “Todos pensamos que se trataba de una intoxicación alimentaria complicada o un cuadro alérgico, pero llegué a vomitar hasta 30 veces por día durante las siguientes cuatro semanas“.
Finalmente, la joven terminó siendo atendida en un hospital de Londres, Inglaterra, donde recibió un tratamiento de rehidratación, pero luego de ser dada de alta, nada cambió.
De hecho, días más tarde, las cosas empeoraron y su condición crónica de vómitos, terminó prácticamente apoderándose de su vida.
La joven se ha sometido a diversos exámenes y ha visitado el hospital en reiteradas ocasiones, sin embargo, los médicos aún no identifican la causa de su dolencia.
Ha sido examinada para descartar meningitis, tumores cerebrales, alergia, vómitos cíclicos, pero todos los resultados arrojan negativo.
Pese a que era una estudiante de alto rendimiento, Anna se vio forzada a abandonar la escuela, puesto que muchas veces se sentía demasiado débil en la mañana como para levantarse e ir a clases.
“No puedo ni siquiera mantener el agua, ni galletas o pan tostado y es una lucha poder concentrarme, puesto que me siento demasiado débil“, comenta Giles.
De acuerdo a la experiencia de la joven, los doctores han relacionada varias veces sus vómitos con un desorden alimenticio, provocado por una “relación enfermiza” con la comida, sin embargo, Anna desestimó tales conclusiones puesto que ella ama comer.
“Ellos cuestionaron mi relación con la comida, preguntándome si tenía algún desorden alimenticio o si pensaba que comer podía ser algo traumático. Era ridículo. A veces me sentaba con un bowl de comida a la hora de la cena pero terminaba lanzando vómitos como proyectiles incluso antes de terminar mi plato, por lo que claramente no me estoy haciendo la enferma a propósito”, afirma.
Anna agregó que los médicos también le sugirieron que quizá tenía problemas emocionales con la comida y que por eso su cuerpo la rechazaba, sin embargo, insiste en que siempre le ha encantado comer.
“Veo shows de comida todo el tiempo, me encanta cocinar y sociabilizar luego de una cena. Insisto en que tiene que haber algo más que esté mal conmigo, pero siento como si tuviera que pelear para ser escuchada“, reclama.
Por último, indica que esta condición le está arrebatando su adolescencia y le ha arruinado la vida. Además, ya llegó al punto de enfurecerse cuando alguien sugiere que tiene un desorden alimenticio. “No quiero que sientan lástima, quiero ayuda médica. Quiero que la gente se de cuenta de lo que yo y otras personas con vómitos crónicos, estamos pasando. En estos momentos no estoy viviendo, simplemente existo“, lamenta.
Es por eso que la joven, quien mide 1.68cms y pesa 53 kilos, quiere crear conciencia sobre su extraña enfermedad y así trabajar para encontrar una cura.
LEE TAMBIÉN:
LEE TAMBIÉN: