En un brutal ataque con cuchillo y hacha a fines de agosto Alan Hawe, de 41 años, asesinó a su esposa y tres hijos en su casa en la localidad rural de County Cavan, en Irlanda.
Luego de matar sanguinariamente a su esposa Clodagh, fue cuarto a cuarto eliminado también a sus hijos Liam, de 15 años, Niall, de 11, y al pequeño Ryan de sólo 6. Luego se suicidó, colgándose de una cuerda.
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Confirmando lo que dijeron sus propios familiares poco después del asesinato, esta semana y en la plena ceremonia en recuerdo póstumo de la familia, el sacerdote de la comunidad calificó a Hawe como alguien diabólico.
“Lo que hizo Alan fue algo diabólico, no hay forma de negar eso”, dijo el padre Felim Kelly en la ceremonia a un mes de los horrorosos acontecimientos y luego de haber luchado para que enterraran a Hawe junto a su familia.
De acuerdo a los informes y una supuesta carta dejada por el homicida, los hechos ocurrieron luego de que Hawe, respetado profesor e inspector de la escuela del pueblo, decidiera suicidarse.
“No podrán seguir adelante luego de que yo no esté”, habría escrito el sujeto en la nota que encontró la policía, según consignó Irish Central.
El padre y Hawe fueron amigos cercanos y compartió incluso navidades junto a la familia, lo que le hizo difícil aceptar todo lo ocurrido, pero finalmente logró ver “todo con claridad”, dando también paz a la comunidad.
“La misa memorial fue importante para todos y fue un alivio escuchar al sacerdote describir las acciones contra esta pobre familia como demoníacas. Lo que se les hizo fue diabólico y nadie debe olvidar eso. Clodagh, Liam, Niall y el pequeño Ryan deberían estar vivos hoy y no lo están producto de las diabólicas acciones de su propio padre”, comentó un amigo cercano de la fallecida Clodagh, quien también era profesora de la escuela.