Aunque para muchos sea sólo un garabato para firmar documentos, la firma es uno de los elementos más genuinos de nuestra personalidad. Nos representa frente a los demás, por lo que su interpretación podría permitir conocer más del “verdadero yo” de cada persona.
La licenciada en Recursos Humanos y Grafóloga, Marcela Milesi, reveló al diario Clarín cómo la ubicación de la firma en el texto y distintos aspectos de su trazado pueden destapar rasgos y cómo interpretarlos. ¿Te animas a revisar la tuya?
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1.- La firma y su relación con el texto
Si existe una concordancia en la forma, presión, tipo de trazo y dimensión entre la escritura de una persona y su firma, indica una armonía entre su imagen pública y privada. Es decir que la persona se comporta de igual manera en contextos íntimos y sociales.
Pero, “cuando sucede el caso contrario, cuando no hay concordancia alguna, se pone de manifiesto cierta disociación entre su conducta social e intima”, explica Milesi.
2.- Línea de trayectoria de la firma y del texto
Esta revela aspectos como el grado de madurez y equilibrio emocional.
– Texto y firma horizontal: armonía y equilibrio.
– Texto horizontal y firma ascendente: aparenta ser socialmente equilibrio, pero internamente es excitable e impulsivo. Habla de ambición y necesidad de alcanzar metas más elevadas. Cuando es muy ascendente, también de pérdida de control que reprime constantemente.
– Texto horizontal y firma descendente: parece ser equilibrado socialmente, cuando en realidad hay tendencia a la apatía.
– Texto ascendente y firma descendente: la persona se muestra optimista, pero su estructura de personalidad es apática.
– Texto descendente y firma ascendente: es una persona optimista y con empuje, pero se coarta, hay un exceso de control, falta de seguridad y aplomo en el ámbito social.
3.- Ubicación de la firma en relación al texto
Este elemento es un buen indicador “del nivel de dependencia de la vida social y la vida íntima de la persona, ente las ideas y las realización, entre lo que es y lo que muestra de sí mismo. Habla de cómo se presenta frente a los demás y cómo establece su relación con el medio”, explica la experta.
– Muy lejos del texto: alejamiento, esta persona actúa apartada de la sociedad, con su propia moral e intereses.
– Distancia normal (2 ó 3 líneas de trayectoria): buena relación con los otros, armonía y justo equilibrio entre las diferentes esferas de su vida. Sabe adaptarse a las normas y guardar las apariencias.
– Muy cerca del texto: necesidad de contacto, confianza, apoyo y de control. Cuanto más cerca, es mayor la identificación del sujeto con el medio social y profesional. Cuando no hay presión ni tensión en la firma, nos habla de pasividad, de que se va a dejar conducir sin mayores dificultades. Poca personalidad e iniciativa.
– Firma encimada: choca con adornos o con la zona superior de la firma. Implica cierta agresividad al medio, invasión y falta de límite, necesidad de dominar, de imponerse por encima de los demás. Marca dependencia del mundo social, si el ambiente gráfico es negativo habla de confusión (desorden).
– Firma a continuación del punto final: desconfianza, el no poder dejar espacios en blanco implica el no poder desaprovechar nada.
– Firma a la izquierda: inhibición, regresión, no hay contacto con el medio social, dificultades para poder proyectarse.
– Firma a la derecha: buena integración, adaptación al medio, actividad e iniciativa.
– Firma en el centro: Tendencia a tomar precauciones, control de los impulsos, predisposición al razonamiento.