La vida en pareja no es sencilla. Quizá el consejo más universal de todos para asegurar el éxito de una relación amorosa es la comunicación, y es que resulta esencial para lograr adaptarnos y resolver nuestras diferencias de manera armónica y poder crecer en conjunto.

En este escenario, el adaptarnos también puede resultar complejo, por lo que muchas veces preferimos adoptar un papel o rol determinado con tal de encajar con nuestra pareja.

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Obviamente no todo puede ser una constante armonía, somos humanos y claramente existen situaciones que nos desencajan y muchas veces nos hacen perder el norte. Es por eso que en el marco de la comunicación hay preguntas que debes procurar tener resueltas sí o sí para saber a qué “juego psicológico” estás jugando, o al menos así lo consigna la versión en español de la revista femenina Cosmopolitan, en su sitio web.

Saber cuáles son sus motivaciones, reglas, y valores, son las claves para entender y cuidar la relación. Además de permitirte identificar, muchas veces, la raíz de los problemas y sus posibles soluciones.

Para conocer cuál es el rol que estás cumpliendo en tu relación de pareja, y lo que los define como tal, responde el siguiente test:

*Instrucciones: Marca las frases o situaciones con que te identifiques, en cada apartado (A, B, C, D, F, G). Luego, calcula en cuál de ellos sumas más marcas y descubre el tipo (o tipos) de rol que existe entre tú y tu pareja.

A

1.- Algo se descompuso en casa y tendrá que esperar a que te puedas encargar de ello. Es la única manera en que las cosas quedan bien.

2.- La estás pasando súper en una tarde de amigos, pero es hora de volver a casa o tu pareja terminará comiendo sola.

3.- El regalo que te dio está ¡horrendo!, pero no le dices nada. Piensas: “Pobre, no tiene idea de mis gustos, aunque con la intención me basta”.

4.- Lo/la despidieron. Pero antes de que cunda el pánico, ya hiciste circular su CV entre todos tus contactos de Facebook.

5.- Tienes ganas de salir y debes armar tú el plan, pues si se lo dejas a tu pareja, lo más probable es que terminen encerrados otro fin de semana en la casa.

6.- Llevan dos meses sin tener relaciones sexuales, pero no te importa demasiado. Después de todo, no están peleados.

B

1.- Sueles esmerarte en todo lo que realizas, pero si te equivocas, lo peor es que te diga: “Te lo dije”.

2.- No importa el “trending topic”. Ya sea música, psicología o la conquista del espacio, tu pareja siempre tiene una opinión mejor.

3.- Has dejado de hacer cosas que antes te ponían realmente feliz. ¿La razón? Él/ella opina que no hay que perder el tiempo.

4.- Cuando discuten, terminas pensando que eres un/a exagerado/a y no debe ser sencillo aguantarte.

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C

1.- Él/ella saldrá de viaje y tú piensas que no tendrás otra oportunidad para desaparecer esa prenda de su equipaje que no te gusta que use.

2.- Se conocieron en un bar y terminaron enganchando entre tragos. Pero después de esa noche, cada vez que se toma más de un trago, terminas enojándote.

3.- La cena de fin de año de la empresa es con pareja. ¡Alerta roja! Es necesario que tu pareja se “enchule”, antes de presentarla.

4.- Simplemente no hay manera. Por más que te promete que va a cambiar, las cosas siguen como siempre.

5.- En más de una ocasión, tu pareja te ha dicho: “No me califiques”.

6.- No le ves nada de malo a regañarlo/a en público, de vez en cuando, para que entienda.

D

1.- Cuando sales con él te la pasas bien, peeero si de verdad quieres una noche wow!, prefieres salir con tus amigos…o con los suyos.

2.- Cada vez que sientes que algo no fluye, tu primera reacción es pedirle que se den un tiempo.

3.- En los momentos en que organizas una reunión, una fiesta o hasta una salida al cine, lo último que pasa por tu cabeza es preguntarte si tu pareja estará disponible.

4.- No vives pendiente de sus mensajes en WhatsApp y de hecho, cuando sucede, llegas a tardar hasta dos horas en contestarle.

5.- Si llegas a sentir que está perdiendo el interés en ti, te pones las pilas. Pero en el instante en que reacciona, vuelves a un estado de indiferencia.

6.- “¿Celosa/o yo? No, con esta persona esa palabra la borré de mi lista”.

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E

1.- Lo bueno de pelearse es que las reconciliaciones siempre se dan en la cama.

2.- Llevan tres meses saliendo, pero no hay pistas de su relación en tu muro de Facebook, etiquetas o posts.

3.- Pasar el tiempo haciendo el amor con esta persona es increíble. Pero en cuanto están fuera de la cama, las cosas se ponen raras.

4.- Si alguno llega a enfermarse o está indispuesto, ninguno de los dos insiste en verse de todos modos.

5.- En cuanto una amig@ tuya pregunta por tu nueva conquista, lo primero que haces es conectarte a Instagram y mostrarle lo sensual y atractivo/a que es.

6.- Te encanta pensar en esa persona todo el tiempo, pero en tus fantasías ninguna incluye planes a futuro.

F

1.- La principal razón por la que estás con él/ella, es que comparten el mismo proyecto de vida.

2.- Hay días en que haces un drama o le reclamas…aunque no estés tan molesta/o. Más bien, lo haces como algo automático.

3.- Antes de dar cualquier paso en la relación, primero consultas a tus mejores amig@s para ver qué opinan.

4.- Después de quejarte de algo suyo, inmediatamente comienzas a alabar todas sus virtudes.

5.- Algunas veces parece que tu mamá está mucho más emocionada que tú con la nueva conquista.

6.- Seguido te ocurre que no te sientes feliz…aunque tienes todos los motivos para estarlo. ¡Y encima terminas fantaseando con ese/a “ex” del infierno!

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G

1.- Te ofrecen el tan ansiado ascenso y, aunque eso significa que tus tiempos se compliquen, en ningún momento piensas que tu relación de pareja peligra.

2.- “La verdad, a veces me quedo mirándolo cuando no me ve y me nace una sonrisa naturalmente”.

3.- Descubres que correr es lo tuyo y le invitas a participar. Quién sabe si le gustará, pero te acompaña a dos o tres, antes de decidir.

4.- Él/ella sabe que hay algo que te tiene con el ánimo bajo. Antes de hacerte hablar o decir algo, primero te regalonea, hasta que estés preparada/o.

5.- ¿Tarde de fútbol/amigas? No hay problema! Aprovechas el día para ti y en la noche o al día siguiente hacen planes juntos.

6.- Su vida sexual es genial y sus noches de pasión incluyen tiernas caricias, charlas, y dormir abrazados…

RESULTADOS

A– La madre/padre y el/la hijo/a

Claramente esta no es la pareja más sexy que puedes tener. Mientras que el otro ocupa un lugar pasivo, tú comienzas a tratarlo como si fuera un/a niño/a pequeño/a al que hay que cuidar y guiar constantemente. No hay problema en querer proteger o tomar las riendas de algo, pero no puede ser una constante, pues refleja poca confianza en la otra persona y eso termina por debilitando la pasión. Lo mejor es que sueltes un poco el control.

B– El/la alumno/a y el/la maestro/a

Este resultado es común que aparezca cuando existen diferencias de edades, señala la publicación, y es un tipo de relación que produce inseguridad en quien asume el papel del aprendiz. Pues se da la constante de que “sabe menos”, sintiendo una especie de represión. “Yo sé mejor que tú lo que te conviene”, es una frase clásica de este tipo de relaciones. En la pareja debe existir admiración y respeto por lo que dice el otro, pero ello no lo libera de cuestionamientos o equivocaciones. Lo mejor es que reflexionen.

C– La/el alquimista y la piedra en bruto

Este es uno de los roles más desgastantes. Aquí muchas mujeres y hombres, más allá de disfrutar la forma de ser de su pareja, hacen todo lo posible para cambiarla a su parecer. Ven a su compañero como una posibilidad y no como la realidad que eligieron. Tienen la idea de que haciendo algunos cambios lograrán sacar lo mejor de él y, por fin, podrán gozarlo al máximo. Lo mejor es que tomen en cuenta que la gente quiere ser amada por lo que es y no por lo que podría llegar a ser.

D– La “forever alone” y el “peor es nada”

Básicamente una pareja que está unida por miedo a estar solos. Carecen de química, no tienen intereses en común y muchas veces ni siquiera se divierten estando juntos. Estar con alguien solo para no sentir el vacío, es un camino directo a la frustración, al tedio y hasta la depresión, pues se forma un vínculo basado en motivaciones equivocadas. El estar solo debe ser una oportunidad de autoconocimiento, no una condena que quieras evitar.

E– Los arrastrados por la pasión

Estas parejas casi no tienen nada en común, salvo un fulminante deseo sexual por el otro. Quizá no tienen los mismos intereses, no les atraen los mismos proyectos e incluso tengan metas diferentes, pero como la vida sexual es “perfecta”, estar juntos no suena tan mal…al menos al principio. Recuerda que la pasión es un tesoro que hay que cuidar, por lo que si una pareja se sostiene solo en eso, la dejamos en una posición riesgosa, pues el deseo tiene altos y bajos. Sigan disfrutando como locos pero también busquen algunos intereses en común para que el vínculo sea un poco más fuerte más allá de la cama.

F– El que satisface las expectativas…de otros

Tu mamá lo adora, tu papá lo considera “un joven decente”, tus hermanos se llevan bien con él y terminaste siendo la envidia de todas tus amigas. Todo es perfecto y, sin embargo, sientes que algo te falta. Las parejas están para hacernos felices, pero también para hacer felices a los demás, y cuando ocurre lo segundo es porque estamos más preocupados de las convenciones sociales y familiares que de nuestra vida personal. Pregúntate, con honestidad, qué es lo que realmente quieres.

G – Los grandes compañeros de vida

Cuando se logra este tipo de relación, no es necesario que nadie nos diga que ¡No debes dejarla ir! Es una relación perfecta. Cada quien tiene su mundo, pero existe otro creado sólo para el compañero. Sacan lo mejor de uno mismo, se establece una base de apoyo mutuo, disfrutan y confían el uno en el otro. Aquí hay comunicación con o sin palabras, así como un enorme “clic” dentro y fuera de la cama. Estos roles están equilibrados y conforman el modelo ideal. Lo mejor es recordar que te sacaste la lotería, y la otra persona también. El amor, la complicidad, la amistad, se deben cuidar y trabajar todos los días.