La protagonista de los Juegos del Hambre, Jennifer Lawrence, se ha convertido en una de las mujeres más deseadas y aplaudidas de Hollywood, no sólo por su figura, sino que también por su talento y por luchas por mejoras salariales para las mujeres del mundo del espectáculo.
Pero aunque su vida profesional anda de viento en popa, cuando se trata del amor “literalmente cero magia ha ocurrido”, confesó en una entrevista con la revista Vogue. Desde que terminó con el vocalista de Coldplay, Chris Martin, hace algunos meses atrás que no ha pasado nada.
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“¡Salud por mi himen creciendo de nuevo!”, fue su insólita reacción. Aparentemente, su misma fama le ha estado jugando en contra en este terreno. “Nadie me invita a salir. Estoy sola cada noche del sábado. Los chicos son tan malos conmigo. Sé de donde viene, quieren establecer quién domina (la relación), pero eso hiere mis sentimientos”, afirmó.
“Sólo soy una chica que quiere que la traten bien. Soy recta como una flecha. Creo que necesito conocer a un chico, con todo el respeto, que haya estado viviendo en Baghdad por cinco años y que no tenga idea quién soy”, fue su sincera confesión.
Lo suyo tampoco son los chicos hot, sino que simplemente alguien amable: “Una vez salí con un chico sexy, pero no me gustó la manera en que me había sentir. Cuando alguien te hace sentir insegura, es extrañamente estimulante, porque sigues intentando luchar por la validación. Es lo que quieres antes de casarte, para no tener que volver a buscarlo una vez que lo estás”, explicó.
Al preguntarle por el matrimonio, la joven actriz fue sincera: “No puedo esperar a estar casada. Siento como si quisiera encontrar a esa persona con la que pueda pasar el resto de mi vida. Que quiera ser el padre de mis hijos, alguien con el que absolutamente no la joda… pero al mismo tiempo, no confío en eso”, concluyó.
