El caso que hizo caer al Tren de Aragua en Chile: “asfixia de bebés”, torturas y cobro de “vacunas”
En abril del 2021, el expresidente Sebastián Piñera promulgó la Ley de Migraciones en Iquique para combatir la crisis migratoria en Tarapacá. Sin embargo, en la región ya se había instalado con fuerza el Tren de Aragua.
Y es que la organización criminal venezolana liderada por el Niño Guerrero había enviado en 2020 a su emisario Carlos González Vaca, alias Estrella, quien se encargó de controlar el tráfico de migrantes en la frontera entre Chile y Bolivia al filo de crímenes macabros.
Según antecedentes recabados por BBCL Investiga, uno de sus primeros centros de operaciones fue el Hotel España, en las afueras de Pisiga, donde ocultaban a migrantes que habían pagado cerca de 1.200 dólares por persona para cruzar ilegalmente a Chile.
Luego, los migrantes eran transportados en condiciones extremamente inhumanas, donde incluso eran obligados a asfixiar a sus bebés para que se desmayaran y así evitarían ser detectados por la policía chilena.
También se impuso un sistema de “vacunas” en zonas urbanas como Iquique, donde migrantes y trabajadores informales debían pagar cuotas por operar en los territorios controlados. En caso de incumplimiento, eran secuestrados, golpeados o asesinados.
La desarticulación del Tren de Aragua en Chile
Con esto, la organización impuso un régimen de terror en la región. Sin embargo, la cantidad de crímenes fue dejando más pistas para que la policía pudiera atraparlos.
El caso que terminó por ponerlos al descubierto fue la ejecución de Y.A.G.V., un “jalador” que fingía ser parte de la banda: algo considerado como “un pecado mortal” dentro del Tren de Aragua y, por tanto, el “castigo debía ser ejemplificador”.
Así, por orden directa de Estrella, el hombre fue secuestrado, maniatado y luego ejecutado de seis tiros en la cabeza. Todo esto mientras era grabado por Satanás, el sicario más cercano a Estrella.
Este asesinato, ocurrido el 22 de marzo de 2022, marcó el inicio de la caída de la organización. Al día siguiente, la PDI y el Ministerio Público lanzaron operativos simultáneos en cinco ciudades, capturando a los principales cabecillas, incluido Estrella en Quilpué y Satanás cerca de Iquique.
Más de tres años después, la mayoría de los implicados fueron declarados culpables de asociación ilícita, homicidio, secuestro y tráfico de migrantes, y ahora enfrentan penas que podrían incluir cadenas perpetuas.