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“Hay Dyango por muchos años”: la voz del amor vuelve a Chile con gira a los 85

Dyango
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A sus 85 años, Dyango llega a Chile para un concierto lleno de romanticismo y gratitud, en el marco de una extensa gira internacional. El cantante español destaca su conexión especial con el país desde la década de los 60, recordando con emoción su primer concierto en Viña del Mar. A pesar de los años, Dyango asegura que el escenario sigue siendo su lugar en el mundo y se prepara para un show de casi 2 horas en el Teatro Caupolicán. El artista deja en claro que el público elige las canciones del espectáculo, demostrando su cercanía y humor característicos, y agradece a sus seguidores por ser su motor durante sus más de 60 años de carrera.
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A sus 85 años, Dyango se prepara para reencontrarse con su público chileno en un concierto lleno de nostalgia, romanticismo y gratitud.

El artista español, que suma más de seis décadas sobre los escenarios, reconoce entre risas: “85 años son muchos años para estar en un escenario, ¿eh? Pero sigo en activo porque te confieso es lo único que sé hacer, la música, cantar. Por eso no puedo dejar”.

Hoy llega a Chile en medio de una extensa gira internacional que lo ha llevado por distintos países y conversó en exclusiva con Página 7 sobre lo que significa estar en este proceso a su edad.

“La gira ya dura mucho. Hemos hecho muchos conciertos en distintos países y ahora estamos aquí en Chile con todo el amor del mundo”, comenta, subrayando la conexión especial que mantiene con nuestro país desde hace décadas.

Su vínculo con Chile nació a fines de los años 60 y aún lo emociona recordarlo. “Conozco yo bien Chile, porque lo primero que hice cuando llegué, estoy hablando del año 69, en Viña del Mar. No en la Quinta, en el casino de Viña del Mar. Allí fue la primera vez que vine a Chile y ahí fue donde ese país me robó un pedazo de corazón”, confiesa.

Dyango por muchos años

Aunque reconoce que la edad pasa la cuenta, Dyango asegura que el escenario sigue siendo su lugar en el mundo. “Lo más difícil es aguantar, sobre todo por los años, claro. Pero gracias a Dios, fíjate que tengo la gran suerte de que cuando estoy en el escenario no me resiento de nada. Es cuando uno baja que dice, ‘Madre mía, ¿cómo puedo seguir yo?’”, admite.

Y agrega con humor y fe: “Bueno, y sigo y sigo y no sé cuándo Dios va a querer que pare, pero yo pienso que hay Dyango por muchos años, por suerte”.

El show que trae a Chile y que lo mostrará en el escenario del Teatro Caupolicán este 21 de noviembre dura “casi 2 horas”, como él mismo detalla.

Le preguntamos, ¿Cómo lo hace para sostener un concierto de esa magnitud a su edad? “Bueno, sentado. Claro. Sentado, claro, la gente comprende que… Bueno, me levanto también, pero la mayoría del tiempo estoy sentado”, explica, sin perder la cercanía que lo caracteriza.

Las canciones que marcan

Con tantos años de carrera, el repertorio se vuelve un verdadero viaje por la memoria colectiva. “Con el tiempo tengo tantas y tantas canciones, han transcurrido un sinfín de canciones que la gente recuerda, que quiere escuchar y en su momento se las hizo suyas, ¿no? Después las ha cantado mi hijo Marcos Luna y claro, no las puede cantar como papá, pero bueno, porque papá es el inventor. Mi hijo canta maravillosamente bien y tengo dos hijos, uno Jordi que no viene mucho por acá y yo siempre le dije, ‘Vete a Chile, que están las lolitas que son formidables, una gente muy buena’”, relata entre risas.

A la hora de elegir las canciones del show, Dyango lo tiene claro: manda el público. “Las canciones las elige la gente que me viene a ver. Si yo escucho una voz que dice, ‘Cuando quieras, donde quieras, Dyango’. Y yo me la sé y me acuerdo de ella, yo la canto. Si me piden otra y no la sé, la tarareo así por encima. Y si los músicos no se acuerdan de tocarla, porque es lo más lógico, hay tantas canciones, pues la canto a capela sin ningún tipo de remordimiento ni problema, de verdad”.

Una carrera formidable

Al mirar su trayectoria, el artista no esconde su emoción. “Mira, cuando uno tiene 85 años doy gracias a Dios todo momento y en todo momento por seguir en esta profesión y tener la fuerza suficiente de poder cantar igual los mismos tonos prácticamente de cuando era un niño, cuando era joven. Es son 60 y pico de años cantando por esos mundos de Dios y en Chile he estado mucho y por eso quiero darles las gracias. Mis gracias y de todo corazón”, cierra, dejando claro que, para él, la música y su público siguen siendo el motor que lo mantiene en pie.

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