Transcurría 1996, y en todas las radios argentinas y de gran parte de Latinoamérica, sonaban las pegajosas cumbias de Miriam Alejandra Bianchi, conocida en el mundo de la música como “Gilda”. Aquel año, fue merecedora del disco de oro por su álbum Corazón valiente.
Asimismo, canciones como Fuiste, Paisaje, Un amor verdadero y No Me Arrepiento de este Amor, quedaban marcadas en la memoria colectiva de los argentinos.
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Sin embargo, fue precisamente en pleno auge de su carrera artística, cuando la trasandina perdió la vida a los 34 años, tras sufrir un terrible accidente automovilístico.
La tragedia ocurrió el 7 de septiembre de 1996, cuando Gilda y su banda, viajaban en compañía de sus hijos, para dar un concierto en la provincia argentina de Entre Ríos.
“Hablé con ella como a las 4 de la tarde. Estábamos pasando (en el bus) por Panamericana y 197. Y, cosa rara, me agarró sueño. Yo nunca dormía en los viajes”, contó en diálogo con La Once Diez, Juan “Toti” Giménez, su expareja y representante.
“Gilda me dijo: ‘¿Por qué no dormís un rato y después tomamos mate?’ Fue la última vez que la vi”, recordó sobre la conversación que tuvo con la intérprete, quien se había despedido porque también necesitaba descansar antes del show.
Horas más tarde, un camión de origen brasileño embistió al bus donde viajaba la artista, a la altura del kilómetro 129 de la Ruta Nacional 12. “Se fue directamente contra el colectivo que traía a Gilda y el choque fue inevitable. Fue terrible, un drama que nunca voy a poder sacar de mi mente“, afirmó un testigo que conducía detrás de la máquina afectada, en entrevista con el diario Crónica en su edición del 31 de marzo de 2000.
Ricardo Fuentes, el asistente de la cantante, estaba despierto al momento del accidente. “Era una mole inmensa amarilla que no dio tiempo de nada (…) Después escuché gritos de mis compañeros de atrás, había un montón de fierros. El chofer estaba muerto”, contó en entrevista con el programa televisivo Crimen y Misterio.
“Gilda estaba sentada, como durmiendo. Su hijo quedó atrapado abajo, y gritaba que lo ayudaran porque tenía quebrada las piernas. El sonidista estaba enroscado entre los fierros. Son imágenes que no se pueden olvidar”, añadió, describiendo que el bus quedó partido a la mitad.
En dicha tragedia, también murieron su hija Mariel, de 15 años, su madre Tita, tres de sus músicos y el conductor del bus. Además, otras doce personas resultaron heridas, entre ellos su exesposo.
Según consignó el programa de investigación, el conductor del camión que provocó el accidente, fue condenado a dos años de cárcel.
A 23 años de su partida, el recuerdo de Gilda sigue más vivo que nunca entre sus fanáticos, quienes levantaron un santuario en lo que quedó del bus destrozado en Ceiba, al costado de la ruta. Decenas de personas diariamente se detienen en la carretera para dejarle flores, velas, e incluso pedirle milagros, ya que la consideran una santa.