Daniella Campos será una de las invitadas de este viernes, en Podemos Hablar, donde habló de la actual pelea que lleva por la custodia de su hija.

“Yo tengo la custodia provisoria aún, porque estamos en un juicio que nosotros ganamos en primera instancia, todavía falta la Corte de Apelaciones y la Suprema”, comenzó diciendo en el programa de CHV.

“En primera instancia ganamos todo, excepto las costas de ese juicio, por lo tanto, Maite sigue estando bajo mi cuidado. Una niña que está sumamente protegida hoy día”, agregó, de acuerdo a un adelanto exclusivo al cual tuvo acceso Página 7.

Tras esto, Jean-Philippe Cretton, animador del programa, le preguntó por las acusaciones sobre uso de drogas en su contra, que podrían jugarle en contra.

“Eso es lo que argumentó él (padre de su hija). No me acusó solo de eso. Me acusó de drogas, alcohol, de todo lo que te pueden acusar“, explicó en el espacio de conversación.

Frente a esto, Campos contó que “me tuve que hacer un examen de pelo, orina y sangre, y ojo, que creo que es la vez que he llorado más en mi vida“.

“Cuando me cortaron mi pelo, uno no sabe, no está acostumbrado a estos procesos y este tipo de cosas, pero uno cree que te van a sacar un pelo”, añadió a su testimonio.

Luego, Campos contó que le cortaron “una hilera entera” de pelo, que es del “ancho de un lápiz BIC”.

“Lloré muchísimo, porque sentía que él podía hacerme daño, estando incluso ya lejos de mí, físicamente. Encontré súper injusto el proceso judicial, porque si yo acuso hoy: “él consume drogas”, yo te tengo que obligar a ti a ir por un examen de pelo”, afirmó.

“Encuentro injusto, que porque él dijera lo que dijera, yo tenía que demostrar lo contrario”, enfatizó Daniella.

Respecto a los resultados de los exámenes, Daniella Campos aclaró que fueron “absolutamente negativos los tres: de sangre, de orina y de pelo”.

Daniella Campos habló de su mayor temor

Tras esto, reconoció estar “nerviosa” por estar hablando en televisión, porque “he perdido mucho el ritmo televisivo, pero quiero abrir mi corazón de verdad, porque han sido tres años de un proceso de mucha humillación, desgastante“.

Pero también subrayó que “hoy día todo lo que vivo, lo que hago, lo que dejo de hacer, es pensando en mi hija. Vivo con el temor de que alguien me acuse de cualquier cosa para querer quitármela. Eso también es injusto”.

Por último, envió un mensaje: “Que ninguna mujer u hombre permita que por tener abierta una causa de VIF o que tenga alguna acusación como las que tuve yo y demostrar que eran falsas, sientan el derecho de poder extorsionarla, ya sea una nueva pareja, un hermano, un amigo o un familiar”.