Cristián Riquelme y su esposa Claudia Quinzio tomaron una drástica decisión con sus hijos de 2, 4 y 6 años: no exponerlos al celular.
A mediados de noviembre, el conductor de Top Chef VIP explicó el motivo, a través de una publicación en su cuenta de Instagram. “Sabemos que no es fácil, pero es nuestra opción”, comenzó escribiendo en aquella oportunidad.
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“Mis hijos, tres veces a la semana, pueden ver 20 minutos de monitos y listo. Pero celular nada“, agregó el actor, indicando que prefiere que realicen tareas domésticas en su compañía.
“Me interesa que desarrollen vida al aire libre, entiendan la dinámica de que el movimiento produce energía vital, para luego descansar, más que estar sedentarios buscando la entretención”, añadió.
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En dicha publicación, el actor de Dime con quién andas también aseguró que busca que sus hijos “aprendan a descubrir la mayor cantidad de cosas. No sé, no soy experto, solo un padre tratando de hacerlo lo mejor posible“.
Cristián Riquelme explicó por qué alejó a sus hijos de los celulares
Ahora, en conversación con Página 7, Cristián Riquelme profundizó en esta decisión, y se refirió al debate que provocó en los comentarios, su publicación.
“El debate sano siempre es bueno. Yo lo puse porque me llama la atención cuando he salido, ver a niños muy chicos con teléfonos, a mí me perturba, la encuentro una escena un poco violenta”, expresó el exjurado de Yo Soy.
“Es una percepción mía, porque hay gente que no lo piensa así y se respeta”, señaló.
En ese sentido, Riqulme contó a nuestro medio que “nosotros decidimos no tener teléfonos para ellos, hasta que tengan 15 años. Y no por un capricho, esto no es una moda, yo no trabajo con modas con mis hijos”.
Lo anterior, debido a que “está estudiado psicológicamente, que les hace muy mal, porque los niños son capaces de gobernar lo que ven”.
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“Nosotros tenemos un criterio formado, el cerebro desarrollado, pero a un niño le genera adicción tener control sobre lo que ve. Entonces, cuando a ese niño le sacas el teléfono, se viene un síndrome de abstinencia, se torna violento y tiene reacciones que no son buenas y lo suplen con ansiedad”, aseveró.
De todas formas, reconoce que no es algo fácil de lograr: “De repente los tengo a los tres llorando en el auto o adentro de la casa y no sé qué hacer. Les leo un cuento y me pongo firme también”, indicó.
Por último, es tajante en decir que “pasarle el teléfono a un niño, es el acto más flojo que puede hacer un adulto. Tiene que ver con tu capacidad de crear”.
“Basta con un papel, un lápiz y empiezas a dibujar. Tú le dibujas un círculo a un niño y para ti es eso, pero para ellos es un planeta, un limón, una estación espacial o un casco de bomberos, puede ser cualquier cosa”, acotó.
“Tiene que ver con la voluntad del adulto de hacer que el niño ejerza su creatividad, que es lo más importante que tiene hasta los ocho años”, sentenció.