No es un misterio que con los avances tecnológicos cada día más niños pasen sus horas encerrados en casa, frente al televisor jugando con la última consola de moda o frente al computador navegando por Internet. Pero, ¿cuándo saldrán nuevamente a la calle a jugar y ensuciarse como los niños de antaño?
Con la llegada de septiembre y toda esa efervescencia patriótica, vuelven también los juegos típicos, esos que marcaron a varias generaciones en épocas pasadas.
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Estos juegos son traídos al país por los colonizadores españoles, y se mezclaron con otros propios de los pueblos originarios, según el texto Juegos Tradicionales Chilenos del Museo Histórico Nacional.
“En Chile, hemos jugado desde hace miles de años. Nuestros pueblos originarios nos han legado un rico repertorio de tradiciones, que perduran hasta hoy como expresiones puras o mezcladas, con la también antiquísima tradición del juego, y de su compañero inseparable, el juguete, que trajeron los conquistadores españoles”, señala el escrito.
A continuación, te dejamos con algunos de los juegos y juguetes típicos de nuestro país.
1.- El luche
Este juego introducido por los misioneros jesuitas en el país, es el predilecto de niñas y consiste en dibujar una serie de cuadrados en el suelo con números en su interior. Una vez listo el tablero, se procede a saltar en un pie por cada casillero definido por el lanzamiento de una piedra, trozo de teja o en su defecto una lata de pasta de zapatos.
2.- El volantín
Llega septiembre y el cielo se llena de color con la gran cantidad de volantines que se despliegan en el aire. Existen los clásicos de papel, confeccionados con varillas de coligüe y colas de diario para el contrapeso, y las nuevas cometas plásticas con un sinfín de formas y diseños, pero que no tienen esa mística que invoca su versión tradicional.
Su introducción en el país se debe a los monjes Benedictinos que lo trajeron en el siglo XVIII, y de ahí en más, Chile lo ha adoptado como uno de sus juegos más tradicionales. Antiguamente, solía encumbrarse sin mayor legislación con hilo curado, con el fin de cortar los volantines rivales en las competencias conocidas como “cortadas”. Hoy, el uso de este hilo vidriado está prohibido, y en su reemplazo se recurrió al nylon u otro material no peligroso para evitar accidentes, como cortes en la piel o en el tendido eléctrico.
3.- La gallinita ciega
¿Quién no jugó a esto en los recreos del colegio? Seguramente la respuesta es pocos, y cómo no, si para el desarrollo de esta actividad sólo se necesita un grupo de niños, mucho espacio abierto y un pañuelo. El juego consiste en que un niño (la gallinita) se venda los ojos y posteriormente se da unas vueltas hasta marearse. De ahí en más su misión es atrapar a la mayor cantidad de amigos.
4.- Las bolitas
Llámelas así, polcas, polcones o como quiera, eso dependerá de la zona del país en que se encuentre. Este juego, de origen romano pero traído a Chile por los colonizadores españoles, no ha sufrido mayores variaciones desde su invención. El objetivo central del juego es encestar las bolitas en un agujero cavado en la tierra, aunque existen otras variaciones que le ponen mayor dificultad. El diseño pintoresco de estas esferas se ha convertido en verdaderas piezas de colección para algunos.
5.- El run run
Hilo o un trozo de lana, un botón y ya tienes tu run run. La simpleza de este juguete que se fabrica pasando el hilo por los orificios del botón, no tiene mayor complejidad. El asunto es hacer girar el botón con el hilo y tirarlo para producir el tradicional sonido “run run, run run”. Los más rudos utilizan chapas de bebida que aplanan con martillos o en la línea férrea.
6.- El trompo
Sin duda, este trozo de madera tallado en forma de pera, es de difícil dominio y sólo los más avezados en la materia pueden hacerlo girar con maestría. Este tradicional juego consiste en enrollar una liana meticulosamente alrededor del trompo que en su extremo incluye una púa metálica. Este agregado de fierro permitirá ejecutar el “quiño”, que consiste en marcar y dañar el trompo adversario tras un certero golpe.
La manera más tradicional de jugar al trompo, es dibujando un círculo en la tierra, donde todos los competidores lucharán por sacar a sus rivales de la zona de combate, y ojalá, con la mayor cantidad de “quiños” posible.
7.- El emboque
Al igual que el trompo, este juego igualmente requiere de mucha práctica para lograr el objetivo principal, que es tratar de embocar el mango en una campana de madera. Ambas partes están unidas entre sí con un cordel. Hay de distintos tamaños, por lo que un trompo de mayor peso será más difícil de dominar que uno pequeño. Como sea, los expertos son capaces de realizar pintorescas piruetas sin importar la dimensión del juguete.