Un hombre obeso decidió comenzar a perder peso luego de ver una “poco halagadora” fotografía que le tomaron en sus últimas vacaciones.
Mark McCann, oriundo de Peterborough, Inglaterra, llegó a pesar sobre 170 kilos y fue en ese entonces que quiso parar con su adicción a las frituras y a grandes cantidades de comida. De hecho, en un control de salud, una enfermera le indicó que si no paraba con sus malos hábitos alimenticios iba a morir antes de los 30 años.
Lee también: Adicta al chocolate bajó 45 kilos tras casi quebrar un piano en obra de teatro
No obstante, Mark ignoró la advertencia y continuó con su pésima dieta que se componía de comida rápida, bebidas gaseosas, y otros “snacks” altos en grasas. A tanto llegaba su adicción, que incluso a veces se comía las sobras de los platos de sus amigos.
Fue solo cuando vio una foto que le tomó su novia Sharon Law en un viaje de vacaciones, que el joven decidió reemplazar esos bocados poco saludables por alimentos saludables como pastas integrales y vegetales.
“Siempre supe que era “grande”, pero lo ignoré todo el tiempo. Nunca hice nada al respecto. Fue entonces cuando vi una foto de mí mismo en un puente, en New Forest, y me sentí horrible. Tomé la foto y pensé “Así no es como quiero lucir”, así que me inscribí en un programa de pérdida de peso“, señaló Mark al medio inglés The Mirror.
El primer mes fue una pesadilla, pero continuó firme en su propósito, y cuando comenzó a ver que en realidad estaba perdiendo peso y que la gente lo notaba, supo que debía seguir.
Antes de su transformación, Mark usaba ropa talla 6XL y visitaba a su madre todos los días para desayunar un plato lleno de bocados fritos. “Llegué al punto donde la gente del trabajo me preguntaba si quería acabarme sus platos“, indica.
El hombre perdió la confianza, y pese a que iba a trabajar ni siquiera podía socializar. Tampoco iba a pubs o discos. “Era como el típico gordo que observa todo desde la esquina“, agrega.
Otro de las razones que lo motivó a seguir con su desafío, fue el hecho de poder agendar vacaciones, pues antes ni siquiera podía abordar un avión, porque le daba vergüenza molestar a su compañero de asiento.
Mark, quien tiene actualmente 37 años explica que si bien aún no se ha inscrito en un gimnasio, las caminatas regulares lo ayudaron a perder peso. De hecho, si tiene que ir a alguna parte ahora lo hace caminando, aunque sean distancias largas.
Mucho más delgado y con más confianza, Mark está decidido a continuar con su desafío. Hoy, luego de 18 meses de intenso trabajo, pesa cerca de 111 kilos y quiere bajar a 100. “No puedo explicar la diferencia. Me puedo mirar en un espejo en el que antes no podía. En mi cabeza sigo siendo el chico gordo, pero luzco diferente. Mi familia siempre me han apoyado, pero ahora dicen que no necesito perder más, pero yo quiero un poco más, agrega.
Por último, indica que no quiere ser un tipo musculoso ni marcado, solo sentirse bien completamente, y para eso le falta muy poco. “Todavía me falta un poco pero diría que estoy al 95% de la manera en que me gustaría estar“, remata.
LEE TAMBIÉN:
[FOTOS] Esta bloguera se aburrió de todas las críticas y presión que recaen sobre las madres y decidió rendirles homenaje con esta increíble carta
Posted by Página 7 on martes, 19 de enero de 2016
LEE TAMBIÉN:
[FOTOS] La joven se volvió adicta a las bebidas azucaradas y la comida rápida, y llegó a pesar sobre 100 kilos. En…
Posted by Página 7 on martes, 19 de enero de 2016