Hannah Koestler (22) de Warwick, Reino Unido, llegó a pesar tan sólo unos 31 kilos, lo que casi la llevó a la muerte debido a su avanzada anorexia que se puede apreciar en las fotos publicadas por The Sun.
Y es que la joven quiso compartir la cruel realidad de esta devastadora enfermedad que muchos sufren en silencio. En su caso, llegó a tal extremo que los médicos le dijeron que estuvo a sólo días de su muerte y para poder salvarla debió ser internada para conectarla a un tubo de alimentación.
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“La anorexia es muy cruel porque enferma el cuerpo y la mente. Espero que mis imágenes puedan impedir que otras personas desarrollen este desorden alimenticio e inspiren también a pedir ayuda. Cuando miro las viejas fotografías me traen recuerdos de lo que sufrí, pero nunca he estado tan feliz como ahora y quiero que la gente lo sepa”, comentó la británica a The Sun.
De acuerdo al medio inglés, la joven habría comenzado a caer en este desorden alimenticio tras vivir en diferentes países, ya que cambiarse cada cierto tiempo de escuela y de amigos, la hizo sufrir ansiedad lo que terminó descontrolando su alimentación. “Comencé por comer muy saludable, comida no procesada y evitar la comida chatarra. Pero cada vez empecé a ser más selecta, hasta que llegué a eliminar todas las grasas y comer muy poco carbohidratos. Después de un tiempo, sólo comía vegetales y tofu”, señaló.
En dos meses bajó 33 kilos, de 64 a 31, el cambio fue totalmente impactante. Es por eso que sus padres al notarlo la llevaron inmediatamente al médico, donde fue diagnosticada de anorexia nerviosa. Luego de eso, Hanna comenzó un efectivo tratamiento con el apoyo de sus padres, principalmente su mamá.
“El doctor le dijo a mi mamá que ella me tenía que cocinar y asegurarse de que yo me comiera todo. Le agradezco profundamente su ayuda incondicional”, comentó. Pero cuando logró sentirse mejor, convenció a sus padres a que le den permiso para vivir sola en Austria, sin embargo, fue la peor decisión de su vida.
Y es que apenas dejó a sus papás, comenzó nuevamente a restringirse en la comida, ingiriendo solamente 100 calorías al día y volviendo a estar en el mal estado de antes. Pero su abuelo, quien cuidaba de ella en Austria, se asustó al no saber nada de su sobrina por varios días y llamó a la policía. Cuando los oficiales llegaron a la casa -forzando la puerta- la encontraron en estado de gravedad.
Después de ese episodio, Hanna pasó los siguientes diez meses en una clínica de recuperación para educarse sobre la importancia de la comida y la nutrición en su cuerpo. Al mismo tiempo, realizó sus estudios para poder ingresar a la universidad. En septiembre del 2014 entró a la Universidad de Warwick en Inglaterra para estudiar ingeniería.
Cabe señalar, que actualmente la joven es una inspiración para muchas personas en sus redes sociales, donde ha decidido compartir su historia para hacer conciencia en los jóvenes. Ha ganado más de 120 mil seguidores en Instagram y continuamente recibe mensajes de personas que sufren desordenes alimenticios como lo sufrió ella en algún momento.
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