El nacimiento de una bebé que pesó siete kilos la semana pasada en Nueva York, Estados Unidos, sorprendió al equipo médico que la esperaba, a sus padres y de pasada, al mundo.
¿La razón? Dicho peso es el que se esperaría de dos lactantes recién nacidos. Este procedimiento requirió de tres doctores y una cesárea.
Además de los siete kilos de peso, la bebé midió 59 centímetros: cifra que corresponde a una guagua de seis meses.
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La historia de Harper
“Sabía que sería grande pero no creí que fuese a pesar tanto”, aseguró la madre de la pequeña Harper, Joy, a la prensa internacional.
Además, confesó que la bebé al nacer “fue bastante violenta. Se atascó debajo de mi caja torácica. Sentí que era atropellada por dos camiones”.
Después de su nacimiento, Harper se convirtió en la bebé más grande del centro médico Arnot Ogden, en Nueva York, en los últimos 30 años.
Debido a las complicaciones que sufrió después de nacer, la lactante tuvo que ser ubicada en la Unidad de Cuidados Intensivos con asistencia respiratoria.
¿El motivo? Su mamá compartió en Facebook que a pesar de su tamaño, sus órganos no se habían desarrollado correctamente.
El tumultuoso nacimiento de Harper abrió el debate a nivel mundial con respecto a los riegos, causas y consecuencias de este tipo de partos.
Guido Juárez, neonatólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, explicó a Página 7 los detalles de la macrosomia fetal.
Introducción a la macrosomia fetal
“En obstetricia se usa el término macrosomia para los bebés que nacen sobre los cuatro kilos de peso y se diagnostica en el tercer trimestre a través de la palpación del abdomen o por ecografía”, detalló.
Según indican numerosos estudios que hablan del padecimiento, los lactantes que nacen con macrosomia fetal se exponen durante su nacimiento a un mayor riesgo de mortalidad y morbilidad secundaria, esto por ser más susceptibles a un trauma obstétrico y a la asfixia intraparto.
La principal complicación de este tipo de diagnóstico es que implica que muchos de estos embarazos culminen en cesáreas. Esto porque, según el doctor, “se asocian a un trauma fetal, por eso se prefiere la cesárea. Si se padece durante el embarazo se recetan fármacos como la insulina para tratar los casos más graves“, añadió.
Causas
Según Juárez, la macrosomia tendría sus orígenes en los genes de ambos padres, así como en las enfermedades que desarrolle la madre durante su embarazo.
Es en muy raras ocasiones que el motivo del sobrepeso de la guagua esté relacionado con alguna enfermedad que acelere su crecimiento.
“Aunque la mayoría de estos partos es debido a la diabetes materna, ya que los pesos más exagerados que se han registrado son por este tipo de diabetes. También puede existir un factor genético,” destacó.
-¿Es prevenible este tipo de padecimiento, doctor?
-La causas son generalmente genéticas, pero también se asocia a obesidad y a la edad. Una joven de 18 años con peso normal puede tener un bebé normal. Sin embargo, y en especial después de los 30, si ella sube de peso tendrá un bebé macrosómico. Hay que cuidar las condiciones pre existentes.
Riesgos
Si bien la idea nacer con unos kilitos de más parece inofensiva, en el caso de este diagnóstico existen peligros tanto para la madre como para el bebé.
“La diabetes (al ser el antecedente histórico del padecimiento) a largo plazo puede dañar muchos órganos. Incluso, dañar eventualmente la circulación sanguínea. Esto en un futuro determinaría o no eventuales amputaciones para la madre o que el pequeño o pequeña hereden la enfermedad”.
Este punto es el más importante a considerar, ya que el principal riesgo para el lactante diagnosticado con macrosomia es desarrollar algún tipo de diabetes.
-¿Le ha tocado asistir algún parto de estas características?
-Muchos. El mayor fue por diabetes y el bebé nació pesando cinco kilos. El parto fue por cesárea, claro.
-Doctor, ¿existen datos con respecto a la frecuencia que ocurren estos nacimientos?
-No recuerdo estadísticas exactas en este momento, pero por lo que tengo entendido y por lo que he visto, este tipo de partos van en aumento por el alza en la frecuencia de la diabetes como enfermedad.