Mujeres, niñas y niños son obligados alrededor de todo el mundo a alimentar el tercer negocio ilegal más lucrativo del mundo: la prostitución.
Es por eso que desde 1999, la Coalición contra el tráfico de Mujeres propuso adoptar el 23 de septiembre como el “Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres”, en el que se busca visibilizar y recordar esta forma de esclavitud que destruye las vidas de miles de personas.
La explotación sexual se define como cualquier actividad en que una persona utiliza el cuerpo de otro para sacar un provecho de carácter sexual y/o económico, basándose en una relación de poder. Se considera explotador tanto el que intermedia u ofrece la posibilidad de la relación con la víctima, como el que comete el acto.
En América, se ha detectado que el 27% de las víctimas suelen ser menores de edad y en general, las más afectadas son las mujeres (59%), según un informe de la UNODC (Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito). La explotación que predomina es del tipo sexual y los trabajos forzosos, pero en otras zonas como África hasta se da la extracción ilegal de órganos.