La fiesta, las pieles (o sus imitaciones), y el negro, siempre presente: estas son algunas de las tendencias de la Fashion Week de Londres, a las que vale la pena ponerles atención para este temporada otoño-invierno.
Una mirada a los 60 y 80:
El director artístico de Loewe, Jonathan Anderson, ha mirado de reojo al Berlín previo a la caída del muro, para inspirar en sus animadas noches su nueva colección: siluetas ataviadas en tops y túnicas de hombros y mangas sobredimensionadas, muy años 80, vestidos drapeados en telas sintéticas y coloridas botas de tacón hasta el muslo, evocan un glamour festivo.
Las gemelas alemanas Daniela y Annette Felder también se inspiraron en la capital alemana para su línea Felder Felder, pero en esta ocasión en un Berlín de finales de los 60, que celebra el hedonismo y la libertad sexual.
Faldas cortas, rojas o negras, en imitación curo y cortadas a láser. Combinadas con tops cortos o anudados al cuello, dejando ver una banda de piel. Los vestidos, en tela negra transparente y los pantalones, en lamé plateado.
Pieles y no tanto:
Tendencia ya intuida en Nueva York, las pieles, verdaderas o falsas, sobrias o en colores, estarán presentes en el guardarropa de todos los amantes de la moda el próximo invierno.
La marca de prêt à porter Topshop Unique las utilizado en estolas y abrigos, y ha terminado con ellas las mangas de sus chaquetas.
La estilista de origen serbio Roksanda le pone pelo a abrigos, chalecos o bolsos de noche en rabiosos tonos eléctricos.
Por su parte, la casa Mulberry ha inventado un nuevo concepto: la lana que imita a las pieles. Su estilista Jade Leong explicó a AFP que utiliza cardos secos para dar su apariencia y tacto a sus jerseys de punto. Las plantas se unen a una columna rotativa y cuando entran en contacto con la tela “extraen la fibra y la alargan para crear una textura similar al pelo”.
Sin mostrar las rodillas:
Si la minifalda era omnipresente en la colección de Topshop, la falda amplia a media pantorrilla sigue siendo un valor seguro. Esta temporada, se ha encontrado como competidor al pantalón de media pantorrilla, visto en esta Fashion Week dentro y fuera de las pasarelas.
Burberry no ha escatimado en tela, proponiendo faldas estampadas de flores por debajo de las rodillas.
Emilia Wickstead sacaba a pasear sus faldas igualmente a media pantorrilla y shorts de talle alto en tonos pasteles, una línea elegante muy apreciada por la duquesa de Cambridge. Paul Smith, que sigue explorando lo masculino y lo femenino, le ha unido sus amplios pantalones cortos con chaquetas de corte masculino.
Negro…siempre negro:
Color omnipresente en las pasarelas, ya sea para vestir a las “guerreras” de Gareth Pugh, atadas con cuero flexible y vestidos armaduras, o en la estrella en ciernes Simone Rocha, que lo ha conjugado en lentejuelas, terciopelo y tweed.
Nunca acabamos con él, cree Julien Macdonald, “porque las mujeres adoran vestir de negro”. Él mismo ha propuesto este año una colección en dos tiempos: llena de colores con bordados en negro, inspirados por las joyas de la corona británica, y un total look negro.
El miedo a lo pulcro:
Telas ricamente bordadas, motivos motivos floreados y explosión de colores: el ‘horror vacui’ ha inspirado a la estilista de origen griego Mary Karmantzou, para proponer una colección rica en todos los sentidos del término, según sus palabras.
El brasileño Lucas Nascimento también ha explotado el fenómeno, con una colección en tonos cobrizos y violetas donde la firma Burberry Prorsum ha multiplicado las técnicas – lentejuelas, acolchados, estampados…- para sus vestidos y abrigos de colores otoñales.