Dos hombres tratan de robar a una mujer en una calle oscura y se escuchan llamados de socorro. Una escena común en Brasil, si no fuera porque los gritos eran de uno de los asaltantes, que acabó con la cabeza estrangulada entre las piernas de su víctima, que resultó ser una luchadora de jiu-jitsu.
Wesley Sousa de Araújo y su cómplice no sabían con quién se enfrentaban cuando asaltaron a la luchadora cinturón azul de jiu-jitsu, Monique Bastos mientras ésta se dirigía a entrenar. Sousa fue el que le gritó “es un asalto” a la deportista, que acto seguido le inmovilizó con un “triángulo”.
Esta llave que inhabilita al adversario colocando su cabeza entre las piernas del luchador, que queda sentado sobre él. Mientras el otro asaltante huía con el celular, Sousa, de 18 años, gritaba despavorido en el suelo pidiendo ayuda a la policía, mientras decenas de curiosos se acercaban, lo fotografiaban y lo increpaban.
“¡Llama a la policía, llama a la policía!, ¡Socorro!”, grita el ladrón en un video colgado en las redes sociales, al tiempo que asegura, desde el suelo y fuera de sí, que era la primera vez que robaba.
“Estaba yendo al gimnasio, a entrenar. Ellos llegaron en moto y me sacaron el celular enseguida. Pensé que eran amigos, pero pronto vi que no eran y los empujé tirando la moto. El acompañante acabó llevándose mi teléfono”, contó Monique Bastos a los medios locales.
Según la luchadora, que además de cinturón azul de jiu-jitsu también participa en competiciones de MMA (artes marciales mixtas), tuvo que detener a varios vecinos que querían atar, golpear e incluso acuchillar al ladrón. Las golpizas y hasta linchamientos de presuntos delincuentes son habituales en Brasil.