La semana pasada, una funcionaria estadounidense fue detenida por negarse a formalizar matrimonios entre personas del mismo sexo, lo cual viola la legislación federal. Se trata de Kim Davis, quien fue duramente criticada por su accionar y que hoy presentó una apelación, tal como indicó su abogado Mat Staver.
Esta empleada de un estado rural de Kentucky, está encarcelada desde el jueves por desacato ya que se negó a emitir -alegando motivos religiosos- licencias matrimoniales entre homosexuales, uniones que la Corte Suprema de Estados Unidos legalizó a finales de junio.
“Mientras que la mayoría de los estadounidenses pasan un fin de semana largo en familia, Kim Davis está aislada en prisión por cuarto día”, deploró Staver el domingo. Este lunes es Día del Trabajo en Estados Unidos.
“Intentaremos liberar a Kim”, agregó, al anunciar la apelación contra el fallo del juez federal David Bunning, quien determinó que Davis podrá ser liberada una vez que se avenga a cumplir con la ley o que presente renuncie a su puesto. El juez puede mantenerla en prisión por 18 meses, o más en caso de que sea condenada formalmente, indicó el diario The Washington Post.
Una cristiana convertida que alega defender sus convicciones religiosas frente a las obligaciones oficiales, Davis se ha convertido en un símbolo para los conservadores, que denuncian una flagrante violación de la libertad religiosa y reclaman excepciones para los funcionarios que se nieguen por motivos religiosos formalizar bodas homosexuales.