Otra participante emblemática que quiso pasar de victimaria a víctima apareció en el capítulo de este martes en el exitoso programa de Chilevisión.
María Jesús es el nombre de la sociable joven que llegó a una particular galería de arte erótico a hacerle un favor a su pololo, Víctor. En ese lugar conoció a su señuelo, un galán artista argentino de nombre Federico.
Esperando recibir unos cuadros que no llegaban nunca, la muchacha empezó a conversar en un sillón con el modelo trasandino. Rápidamente su inhibición del inicio se transformó en buena onda y cercanía corporal.
Cuento corto, la niña perdió cada una de la pruebas del programa debido a su extrema “simpatía”, ante la desolación de Víctor, que tenía los ojos vidriosos y un dejo de rabia en su semblante.
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La fallida prueba del beso fue la gota que rebasó el vaso y el desdichado pololo entró a escena, donde de inmediato encaró a María Jesús, quien sorprendida al ver que se trataba de Manos al Fuego, quiso desmarcarse de la culpa e intentar quedar como la víctima del caso.
“¡Esto es una encerrona! Yo vengo a hacerle un favor (a su pololo) y me sale con esto (…) Encuentro desubicado que haya hecho esto (ponerla a prueba). ¿Cómo puedo exponerme de esta manera?” (sic), manifestó una ofuscada y molesta “Jesu”.
Sobre su debilidad con el argentino, detalló simplemente que era irresistible. “Era cosa de mirarlo, demasiado mino. Se dio. Era el momento. No pensé en él (en Víctor)”, agregó.
Finalmente y tras el programa, el pololo decidió dar vuelta la página y olvidar la decepción que le hizo pasar María Jesús. Demostrando que es un hombre que sabe perdonar errores y traiciones, le dio otra oportunidad al “sociable” muchacha.