Rebekka Garvinson es el nombre de una joven trabajadora del Hospital Metodista Bronson (Michigan, Estados Unidos) quien hace apenas 4 meses se convirtió en la mamá de una tierna niña, Rylee, junto a su esposo, Nick Garvison. El único problema es que él trabaja como bombero para la Armada Estadounidense varios estados más allá de ellas, en Atlanta.
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Es por esto que Rebekka decidió sorprenderlo volando desde Chicago hasta su ciudad junto a su pequeña bebé. Se trataba del primer viaje junto a la niña, por lo que estaba preocupada sobre cómo actuaría la lactante. Apenas se sentó en el avión, se dio cuenta de que sería difícil: una pareja la quedó mirando feo porque no querían estar cerca de un bebé.
La joven ya estaba estresada cuando Rylee comenzó a llorar. Le pidió permiso a una zafata para sentarse en otra fila, en la que habían dos asientos disponibles juntos, para así tener más espacio para calmar a la bebé. Pero a pesar de sus esfuerzos, no lograba que la niña dejara de llorar.
Fue ahí cuando otra pasajera sentada cerca de ella, Nyfesha Miller, se ofreció para ayudar. Apenas tomó en brazos a la pequeña, esta dejó de llorar y durmió de corrido todo el vuelo entre sus brazos. Rebekka estaba tan sorprendido, que le tomó un par de fotos a la conmovedora escena.
Durante el vuelo, la joven descubrió que Nyfesha era una madre experimentada y que ya había criado a tres pequeños. Estaba tan conmovida de que una extraña la hubiera ayudado, que decidió compartir la historia en su cuenta de Facebook, donde el post se volvió viral y ya ha sido compartido más de 80 mil veces.
“Apenas ella la tomó, Rylee miró por la ventana y dejó de llorar. Cuando nos elevamos se quedó dormida y descansó sobre su regazo durante todo el vuelo. Ella seguía diciendo que no era un problema y que de hecho, la confortaba a ella. Incluso la bajó del avión para que yo pudiera armar su cochecito y recoger su silla para el auto, de manera de que yo no luchara haciendo todas las cosas”, relató.
“Nyfesha Miller, jamás entenderás lo feliz que hizo a mi familia esta acto de bondad. Podrías haber desviado la mirada y estado irritada como todos los demás, pero la tomaste y abrazaste durante todo el vuelo y me dejaste tener algo de descanso y tranquilidad. Me saltaron lágrimas de los ojos cuando te miré ahí durmiendo con Rylee (…) ¡Que Dios te bendiga”, concluyó. ¿Harías algo así por una madre que no conoces?