El preparador de arqueros, Alberto Fuentes, se encontraba de camino a la cancha de fútbol de Chiguayante Sur, cuando temió que podía llegar atrasado a un importante encuentro por la Copa Bicentenario. Pero al preguntarle al conductor cuánto tardaría, “él respondió cordialmente diciendo que ‘en unos diez minutos estábamos en la cancha’”, tal como relató en un post que se viralizó en el grupo de Facebook “Amigos Penquistas”.
Al bajar le dio las gracias y se fue corriendo a jugar, pensando que sería la última vez que se verían. Pero cuando llevaba unos 30 minutos del primer tiempo, vio de reojo “que llega una micro a la cancha, ¡la misma que llegue yo! La miré y dije ‘ah, capaz que viva por aquí el chófer y tal cual como lo hacía con mi viejo en su micro, se quedará a mirar el partido'”, reflexionó.
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Al poco rato, Alberto escuchó que alguien le hablaba por detrás de su arco, preguntándole cómo iba el partido. “A cero, caballero”, le respondió y al mirar se dio cuenta de que se trataba del chofer. Extrañamente el hombre le pidió que lo mirara, lo que lo hizo creer que lo intentaba distraer. Tras esquivar “una jugada de peligro”, decidió hacerle caso y fijar su vista en él. Ahí, el conductor le dijo “lo debo querer mucho”. “¿Por qué dice eso?”, le preguntó.
“Acérquese niñito”, le repitió, despertando algo de desconfianza, pero aún así se aproximó. “Hijo, se le cayó su celular en mi bus y como observé que se bajó en la cancha, terminé mi recorrido y se lo vine a dejar”, le soltó. Alberto era puro asombro y alegría, “no me importó que la pelota estuviera cerca y a lo único que atine rápidamente fue a abrazarlo y darle un beso de agradecimiento”, relata.
Al pasarle el celular, el portero decidió tomarle una foto “para hacer publica su tremenda y noble acción”. Luego, el conductor se fue entre bocinazos y despedidas, conmoviendo profundamente al deportista. “Vengo de un padre ex conductor de micros, de primos y tíos que trabajan detrás de un volante a diario. Sé que hay chóferes y chóferes: algunos que dan ganas de patearlos y otros que son muy buenas personas como él. Sólo puedo decir ¡gracias señor de la boina negra y conductor de la 63 de las Chiguayante Sur!”.
El joven decidió viralizar la historia para poder darle las gracias y hacerle un reconocimiento público. La imagen fue rápidamente reconocida por su hija, Scarlett Suazo. “¡Él es mi papito! ¡Qué orgullosa me siento de ti viejito! Te amo”, escribió. La estudiante reveló a Página 7 que su nombre es Medardo Suazo Rozas.
Conversamos con él, quien estaba un tanto sorprendido de que “un gesto amable en una situación tan puntual” recibiera una respuesta “tan efusiva”. “No es la primera vez que lo hago”, aclaró: hace sólo algunos días le regresó el teléfono a una chica que estaba desesperada por recuperarlo y que recompensó su gesto con un chocolate.
Medardo Suazo explicó otra parte de la historia que el portero omitió: cuando le entregó el teléfono a Alberto, quiso jugarle una broma y cuando le preguntó qué hacía en la cancha, le respondió “porque estoy enamorado de ti”. Fue cuando se asustó que le mostró el celular, dejando en claro que sus intenciones eran otras.
El conductor relató a Página 7 que hace un tiempo estuvo enfermo y le robaron su celular desde el mismo hospital. “Uno queda desamparado cuando lo pierde”, explicó en referencia a todos los contactos que se van con el aparato. Es por esto que es conciente con la gente y siempre tiene gestos así, para que nadie pase por el mismo calvario.
En conversación exclusiva con Página 7, esta mamá entregó detalles de la acción del micrero que llena de orgullo al cuestionado gremio de la locomoción colectiva. Esto hizo este ejemplo de hombre…
Posted by Página 7 on viernes, 2 de octubre de 2015