Para muchas mujeres, visitar a un especialista en ginecología puede ser una pesadilla: exámenes dolorosos, vergüenza y preguntas incómodas pueden traumatizar a cualquiera. Pero la realidad, es que no deberías temerle a esta clase de médico y debería convertirse en una persona en quien puedas confiar tus dudas.
Es por esto que la revista femenina Seventeen decidió recoger las 6 cosas que un ginecólogo o ginecóloga no debe hacer mientras estás en su consulta, para que así tu tengas la mejor experiencia posible.
1.- Tu ginecólogo jamás debería juzgarte
Para evaluarte correctamente, es necesario que tu especialista te haga algunas preguntas muy personales, cómo cuántas parejas sexuales has tenido en un año y qué protección has ocupado. Pero jamás deberían juzgarte por tus respuestas. Nada de lo que le digas debería impactarlos ni mucho menos hacerlos mirarte feo. Así que responde con honestidad y si le desagrada, necesitas un nuevo médico.
“Sólo necesitan escuchar la historia completa para ayudarte a estar sana”, explica el médico Raegan McDonals-Mosley. “Los ginecólogos hacen esas preguntas para saber si necesitas testearte por una enfermedad sexual, prescribir anticonceptivos o saber si estás embarazada”, puntualiza. Además, así podrán darte consejos para que disminuya el riesgo de tus relaciones. “Ellos están ahí para mantenerte bien de salud, no para avergonzarte”, explica.
2.- Tu médico jamás debería compartir sus creencias personales contigo
No importa si es de derecha o de izquierda, si cree o no cree en el aborto o los anticonceptivos, o si decidió ser abstinente hasta su matrimonio: ellos y ellas deben darte su mejor consejo médico, no personal, y permitirte tomar tus propias decisiones.
“No está bien que te digan qué deberías o no deberías hacer basado en sus creencias personales”, agrega el médico estadounidense. “Tu cuerpo es tuyo y de nadie más. Si no te sientes cómoda, puedes terminar la cita rápidamente y considerar encontrar otro centro médico”, puntualiza.
3.- Jamás debería hacerte exámenes sin consentimiento o sin tu conocimiento
Seas sexualmente activa o no, tu ginecólogo o ginecóloga tendrá que hacerte una serie de pruebas básicas, como un exámen pélvico, revisar tu vulva, vagina y otros órganos internos, para revisar que todo funciona correctamente. También, es común que revisen tus senos, para descartar anormalidades. Si tienes más de 21 o ya empezaste a tener sexo, necesitarás un papanicolau y un test de enfermedades de transmitisón sexual. “Si no entiendes algo de lo que tu médico te dice, pregúntale qué significa”, afirma McDonald-Mosley.
4.- No debería avergonzarte por tu cuerpo
A menos que exista una razón médica seria, tu ginecólogo jamás debería hacer comentarios de tu cuerpo: no puede hablar de tus vellos, tatuajes, piercings o cualquier otra característica. Si te habla de tu peso, sólo debe ser por razones nutricionales.
5.- No debería hacer nada sin explicarte de qué se trata o si te va a doler
Tu médico debería hacer lo mejor para que te sientas cómoda, a pesar de que estés pasando por un exámen tan delicado como el papanicolau. Además, debe explicarte todo lo que hace paso a paso y advertirte si sentirás algo de dolor. Si te sientes muy mal, puedes preguntarle por qué ocurre o pedirle que se detenga.
6.- Tu ginecólogo no debe violar la confidencialidad
Tu médico jamás debería hablar con tus padres sin consentimiento ni menor revelarles lo que hablas en la consulta. Así que apenas pises el lugar, recuérdale que todo lo que le dices es confidencial, para que así puedas hablar abiertamente sin ningún miedo. Aún así, “entusiasmamos a las jóvenes para que hablen con sus padres y los involucren en las visitas, aunque entendemos que eso no es siempre posible”, concluye McDonald-Mosley.