Cuando el periodista y bloguero culinario de Nueva York, Patrick Bradley, le anunció a sus padres que se casaría con su pareja desde hace dos años, jamás imaginó que estos no asistirían por sus creencias religiosas.
Durante dos años, el periodista se guardpó la pena, hasta que hoy decidió dedicarles una carta abierta en la revista Out Magazine, acusándolos de haber separado a la familia. “Estoy demasiado cansado de los 890 días y noches perseguido por su presencia. O la falta de ella, para ser más preciso”, explica.
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Todo comenzó un día de mayo en el que viajó a ver su familia a Nueva Jersey, para convencer a sus padres de que conocieran a la familia de Michael, su prometido en aquel entonces. Lamentablemente, ellos no sólo se negaron a verlos, sino que también le dijeron que no irían a su boda.
Intentar convencerlos de lo contrario fue peor, ya que comenzaron a citarle la Biblia y hasta le dijeron que tenían miedo de que apareciera un ángel diciéndo “dejen de rezar por Patrick, ¡él ya está en el infierno!”. El bloguero les explicó que si no iban a su boda, no volvería a verlo: “nada de festividades, cumpleaños, hospitales y finerales”. Su respuesta fue lo peor…
“¡Sabemos eso! Hablé con tu padre la otra noche y lo aceptamos. Decidimos que te haremos regresar a Dios!”, le gritaron. Hoy Patrick les escribe “al no ir a mi boda, me rechazaron a mí y rechazaron a mi esposo, quien es mi familia inmediata. Yo rechazo a cualquiera que rechace a mi familia o que le quite la dignidad y el respeto. Pero les ofrezco una solución”, detalló.
El periodista ofreció perdonarlos si admitían que habían hecho algo terrible frente a toda la familia. “Porque lo que los dos hicieron es vergonzoso: separaron a una familia. Pero lo que más rompe mi corazón, es lo que le hicieron a los más jóvenes de la familia, que no saben o no entienden lo que pasa”, concluyó.
Patrick le explicó al medio viral Buzzfeed que desde la carta “vi a mis padres una vez. Los dos actúan como si nada hubiera pasado”. Su reacción le extraña porque saben que es gay desde los 15 años. Además, aunque vive a un estado de su familia, ha logrado mantenerse en contacto con todos. “Sólo la relación con mis padres cambió”, precisó.
