Al menos 136 kilos fue lo máximo que llegó a pesar Oliver Hewitt, nacido en Barwell, Leicester, quien la mala alimentación y el no practicar ninguna actividad física lo llevó a la obesidad.
El temor que le ocasionaba quitarse la camisa en público, y no poder acompañar a sus dos hijos en una piscina por la pena de mostrar su cuerpo, fueron el motor para decidir bajar de peso.
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Por su parte, su esposa Michelle, le hizo reflexionar sobre la situación y le dijo que en vez de quejarse de su aspecto podría “hacer algo al respecto”. Las palabras de la pareja de igual manera lo motivaron para iniciar la meta de quemar la mayor cantidad de grasa posible.
Al momento de conocerse en su juventud, Hewitt le ofreció una empanada de pollo y champiñones, esa comida ya quedó en el pasado. Durante los últimos 5 años Olly, se dedicó a un entrenamiento diario en el gimnasio y mejoró sus hábitos alimenticios con una dieta alta en proteínas.
Con su nueva imagen el padre de Emily y Leo, se convirtió en fisicoculturista y ha competido en la categoría de físico clásico, en concursos de la Federación de acondicionamiento físico culturismo del Reino Unido.
En la actualidad entrena en el Iron Generation en su localidad y confesó que ayuda a las personas en el gimnasio en todo momento. El hombre de 36 años decidió contar su testimonio para inspirar a los demás a lograr sus objetivos: ‘Nunca es demasiado tarde”, sentenció.