Fue el 23 de julio de 2011, cuando todo el mundo se consternó con la muerte de Amy Winehouse. La cantante británica de 27 años, falleció tras enfrentar una dura adicción al alcohol y las drogas.

A 9 años de su deceso, el portal de espectáculos TMZ, publicó el informe de la Dra. Christina Romete, quien visitó a la intérprete de Back to Black un día antes de su muerte.

En ese entonces a Winehouse le habían recetado un medicamento llamado Librium, para que pudiera lidiar con la ansiedad que le producía su adicción a las drogas.

La especialista que la había tratado durante 4 años, reveló que aquel día Amy le dijo: “No quiero morir”.

“Amy estaba achispada, pero podía mantener una conversación (…) “No era una suicida, tenía proyectos. Y me dijo: ‘Todavía me quedan cosas por hacer en la vida’. Eso es suficiente para tranquilizar a un médico”, confesó Romete.

AFP
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Asimismo, el medio revela que antes de morir, Winehouse tuvo una conversación con su guardaespaldas, Andrew Morris. “Me estaba enseñando algunos clips en su laptop y estaba cantando y me dijo ‘chico, puedo cantar” y le dije ‘claro que puedes cantar’. Ella dijo ‘si pudiera regresar solo para caminar por la calle sin problemas, lo haría'”, confesó.

A la mañana siguiente, la hallaron sin vida en su cama. “Estaba acostada. No intenté hablar con ella. La llamé, llamé a la puerta, la abrí y ella estaba ahí. Pensé que estaba durmiendo porque había estado despierta hasta altas horas de la noche. Era habitual que ella durmiera hasta tarde en la mañana”, recordó.

Cabe señalar que en 2011, el juez del caso confirmó que Amy Winehouse falleció de forma accidental por intoxicación etílica.