Una tierna historia es la que por estos días conmueve a Argentina luego de que saliera a la luz la iniciativa de Oscar, un hombre de 81 años que ha hecho más de 500 llamados para acompañar a personas durante la cuarentena.

Según informó el medio argentino Todo Noticias, la idea nació en marzo de 2020 cuando comenzó el confinamiento en el país trasandino. “Estábamos con mi hijo Daniel en el balcón y él me dijo si me animaba a llamar a personas que estaban solas para acompañarlas por teléfono. Le dije que sí porque me motivó y hacía algo útil. Entonces me dio teléfonos de conocidos que estaban solos y aceptaban que yo los llamara”, contó.

Acto seguido, el hijo de Oscar hizo el contacto con la Asociación Mutual Israelita Argentina donde se buscaban voluntarios para llamar a personas mayores en situación de aislamiento llegando al programa a Lebaker, el cual consiste en un espacio para acompañar a personas que, por impedimentos físicos, no podían trasladarse y que dependen de la mutual israelita.

“La intención de esta iniciativa era encontrar actividades durante la cuarentena ya que mi viejo iba a ir al laburo y mientras tanto se estaba abriendo la necesidad de un montón de personas de ayudarnos y escucharnos”, explicó Daniel al citado medio.

Y Oscar se tomó tan en serio su trabajo que ha realizado más de 500 llamados desde que comenzó en marzo, desarrollando vínculos con quienes se contacta a diario y a quienes espera conocer cara a cara una vez que termine la pandemia.

Perdió a un amigo

Sin embargo, no todo ha sido fácil para el argentino, ya que una de las personas con las que conversaba falleció. “Tuve la satisfacción de tenerlo como amigo. Me acuerdo que lo llamaba y él me decía ‘no te puedo atender, llámame en otro momento’ y así en repetidas oportunidades. Hasta que de a poquito le fui diciendo que yo también estaba solo y también necesitaba hablar con él”, dijo.

“Con el correr los días se fue soltando y sentí mucha satisfacción cuando me dijo ‘me vas a llamar mañana, tengo necesidad de hablar’”, concluyó.