La noche del domingo, el programa MasterChef Celebrity vivió una nueva jornada de eliminación, quedándose con los tres finalistas de esta nueva temporada: Tutu Vidaurre, Begoña Basauri y Benjamín ‘Pollo’ Castillo.
En la primera etapa, la joven actriz derrotó al youtuber, y posteriormente la expanelista de Mucho Gusto se impuso sobre Gastón Bernardou.
Así, los dos derrotados se enfrentaron en una última prueba, donde tuvieron que preparar un filete de ternera en corte New York, con trufa como parte del acompañamiento.
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El músico trasandino se la jugó con la carne con puré de camote, mientras Pollo llegó ante los jueces con un perfecto risotto que le valió el triunfo.
“Finalmente finalista MasterChef. Pena por dejar atrás a Gandalf, mi mentor Gastón, pero feliz de haber llegado hasta acá, siempre con buen ánimo y energía“, reflexionó posteriormente el joven a través de su cuenta de Instagram.
Y es que a pesar de haber sufrido un accidente en la cocina durante el duelo (se cortó el dedo pulgar), pudo recomponerse y dar lo mejor en su plato.
Un gran premio
“El mayor premio ya lo gané, que fue conocerlos a todos y vivir esta experiencia única llena de aprendizaje. Gracias por el apoyo de todos y todas quienes siguen el programa”, añadió Castillo en su publicación, detallando que “siempre se puede dar vuelta la tortilla”.
En esa línea, entregó un par de ejemplos sobre experiencias que vivió en su etapa escolar y universitaria.
“En el colegio pasé de promedio 4 a 7 en matemáticas, cuando me la creí en tercero medio. En la universidad pasé de un año echarme todos los ramos a sacar la carrera mientras trabajaba… porque me la creí. Y ahora pasé de no saber hacer un huevo frito a ser finalista de MasterChef“, reconoció.
“No sabría describir cómo funciona la mente, ni la energía en el momento que uno se plantea las cosas. Es como si mágicamente uno pudiera atraer las cosas”, redactó.
Según relató el conocido youtuber, “lo que sí fue factor común en todos esos puntos fue el creer, creer como si en verdad fuese a pasar”.
“Cuando pasaba, miraba hacia atrás y me daba cuenta de todo el cansancio, esfuerzo y claridad que traía. Entendí que no hay meta sin carrera, y que la pista de la carrera la escoge uno“, concluyó.