Un paseo junto a su hija al parque de diversiones Nickelodeon Land en Blackpool, Inglaterra, cambió la vida de Karen Fay.
Y es que esta mujer de 52 años pasó una “vergüenza”, que la motivó a dar un giro en 180 grados.
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La hebilla del cinturón de seguridad de una de las atracciones no le cruzaba, por lo que tuvo que retirarse del juego, ante la mirada de los presentes, lo que la llevó a ingresar al día siguiente a Slimming World, un grupo de pérdida de peso.
De esta forma, Karen pasó de los cerca de 137 kilos a 84 kilos, reduciendo su talla prácticamente a la mitad. Asimismo recordó la ingrata experiencia que pasó junto a su hija.
“Estaba absolutamente mortificada. Sólo quería que el suelo se abriera y me tragara”, explica esta emprendedora británica, que reconoció que fue ganando peso, tras el nacimiento de su segundo hija, Charlotte, en 2004.
Por lo mismo es que prometió que volvería al año siguiente a subirse al mismo juego. Y lo hizo. “Se sintió absolutamente increíble”, reconoció al Daily Mail.
Y de ahí no paró. Lo anterior, ya que comenzó a hacer ejercicio, rutina que ahora le permite correr 5 kilómetros, tres veces por semana, lo que la llevó a lucir irreconocible en las fotografías.
Perdió 27 centímetros de cadera y 63 de cintura, algo que le ha devuelto la autoestima y la confianza.
“Me sentía miserable. Mi primer pensamiento todos los días era sobre mi talla, mi peso y qué ropa me iba a poner. Nunca me sentí cómoda”, recuerda Karen, panorama que cambió drásticamente.
“Creo que toda mi actitud ante la vida es más positiva ahora. Estoy feliz, he tenido éxito en perder peso y me ha dado una nueva oportunidad de vida. Me ha devuelto mi brillo”, sentenció.