Comenzó el llamado ‘mes del amor’, y muchos ya se preparan para celebrar el próximo 14 de febrero: Día de los enamorados. Pero así como algunos vivirán jornadas de romance, otros también estarán atravesando períodos de soledad.
En esa línea, quisimos aclarar de dónde viene el popular término del “corazón roto” que usualmente se escucha cuando hablamos de rupturas y desamor.
“Es el nombre que se le da a un dolor somático, un dolor físico que aparece frente a la pérdida de una situación amorosa: la pena de terminar con una pareja, pololo, esposa, etcétera”, explicó a Página 7 Luis Pino, director de la carrera de Psicología de la Universidad de Las Américas.
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“A partir de esto hay una serie de pensamientos acompañados de angustia y ansiedad, localizado por lo general en la caja torácica, en el pecho. Es por eso que la forma de explicar una situación que va acompañada de sensaciones físicas, pero que es esencialmente psicológica, se describe como que algo ocurre en el corazón y que este está roto”, añadió el especialista.
Por lo general, indicó que esto va a acompañado de palpitaciones o bradicardia (frecuencia cardíaca más lenta de lo normal), y por lo tanto la expresión se podría asociar a eso. “Es la condición inicial o basal frente a un proceso de pérdida de un ser querido”, sintetizó.
El duelo
Cuando las personas hemos perdido a un ser querido, de la dimensión que sea, pero especialmente en el ámbito amoroso, lo que debe ocurrir es que se inicia un proceso de duelo, “entendido este como un camino con muchísimas etapas y que requiere cierta temporalidad”, explicó el psicólogo.
“Además, va acompañado de angustia, dolor, desesperanza y sensación de soledad. Ese proceso de duelo hay que iniciarlo porque contiene como etapa final un cierre de lo perdido. Así, la aceptación es uno de los hitos más importantes en el proceso“, destacó.
En esa línea, es importante aceptar la condición de pérdida, aceptarse a sí mismo, no reprocharse y asumir que en el camino habrá dolor, momentos de rabia y desesperanza.
“Hay que asumir también que se va a culpar a sí mismo, pero todo será pasajero. No debemos quedarnos en esa culpa y reproche, ni en la rabia y la ira hacia el otro”, destacó Luis Pino.
Etapas
“Por lo general la primera etapa del duelo va acompañada de un período de pena, luego de rabia, una sensación de indefensión, y luego la persona comienza a reconstruirse y se comienza a levantar“, explicó el especialista.
En la medida que tenga consciencia de estas distintas sensaciones, la persona irá avanzando en las etapas de duelo para aceptar lo que se está sintiendo.
“No hay que negar estas sensaciones porque habrá momentos en que la persona se sentirá abrumada, con una sensación profunda de soledad, de no estar acompañado, y que nada en el mundo lo va a ayudar”, advirtió.
“Hay que conectarse con los valores, con la familia y los elementos centrales de la propia vida, y que a su vez permiten nuevos objetivos de vida. Aquí, es fundamental volver a plantearse algunos objetivos: inmediatos y a largo plazo“, señaló también.
Por último, reconoció que muchas veces estas ideas son comunes dentro de la pareja, entonces, al terminar esa relación, es muy importante “asumir que las metas que eran compartidas también tienen que ver con uno mismo, y a partir de eso centrarse en que son objetivos propios, proyectarlos, reconstruirlos y reconsiderarlos nuevamente”, concluyó el psicólogo.