Una intensa y emotiva jornada se vivió el pasado sábado en la Caleta de Totoralillo, luego que pescadores y buzos voluntarios reportaran el hallazgo del presunto cuerpo del joven desaparecido hace casi un mes en el fondo del mar, en la región de Coquimbo. Tenía 14 años.
Tras la búsqueda iniciada el 20 de enero –día en que desapareció el joven-, por parte de la Armada con equipos especializados, Bomberos y funcionarios municipales, la cual se extendió por una semana, no se logró dar con el cuerpo.
Esta labor especializada no continuó con la misma intensidad, debido a que, por el tiempo transcurrido, se estableció que la posibilidad de sobrevivencia del menor eran nulas.
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Por ello, la madre, Johanna Jiménez Ovando, hizo un llamado a las autoridades a retomar las labores de rastreo de su hijo, lo cual no fue acogido.
Apoyo de pescadores y buzos en búsqueda del adolescente
Ante la situación de abandono de la búsqueda por parte de la Armada, y la negación de las autoridades a retomarla, la mujer recibió el apoyo de buzos y pescadores de la comuna puerto.
De esta manera, estos voluntarios fueron quienes lograron darle tranquilidad a la mujer en medio de su angustia.
Según consignó El Día, pasadas las 13:30 horas, la familia de Alan García reconoció el cuerpo del menor de edad, tras identificar el polerón que usó el fatídico día.
No obstante, cabe precisar que aún se está a la espera de la confirmación oficial del Servicio Médico Legal (SML).
Hallazgo del cuerpo: “Gracias a Dios”
Casi se cumplía un mes cuando el pescador y buzo, Fernando Jeraldo, encontró los restos del joven en el mar.
El hallazgo se dio a más de 28 metros de profundidad y alrededor de 500 metros del lugar desde donde cayó el adolescente.
“A pesar de que la Armada quería que se lo entregaremos en el mar, lo llevamos a nuestra caleta bajo la orden de la familia. Porque ellos querían que se hiciera un reconocimiento de la participación de nuestros pescadores y buzos”, contó el presidente de la Asociación de Pescadores y Buzos de Totoralillo, Wilson Cerda.
En conversación con el citado medio, expresó su emoción por el objetivo logrado.
“Estoy muy orgulloso, porque aun cuando tuvimos que bajar con viento en las primeras ocasiones, gracias a Dios pudimos cumplir nuestro cometido”, señala.
En detalle, en las tres jornadas de búsqueda que llevaron adelante participaron los 65 miembros, con un total de 12 a 14 embarcaciones y alrededor de cuatro pescadores por bote.
“Ojalá que algo como esto no vuelva a suceder, pero de ser así, estamos dispuestos a repetir esta gestión en cualquier parte de Chile y sin ningún interés, porque lo que nos mueve es ayudar”, afirmó Cerda.
“Deberían extenderse los plazos de búsqueda”
Por otra parte, Cerda indicó que si bien entiende los protocolos de la institución, “como trabajan con recursos de todos los chilenos, considero que deberían extenderse los plazos de búsqueda o quizás elaborar una ley que lo asegure”.
Asimismo, Jeraldo añadió que “las búsquedas debiesen extenderse mínimo un mes, para que de verdad se haga todo lo posible, pero en Chile las cosas son así”.
“Cuando fue el accidente de Juan Fernández buscaron a la gente durante mucho tiempo, pero porque eran rostros de televisión o tenían dinero. Pero cuando se cae un pescador artesanal al mar los buscan los 7 días y no se sigue insistiendo”, lamentó.