A un mes del crimen de Fernando Pastorizzo, en la localidad de Gualeguaychú, Argentina, la investigación planteó una nueva arista del caso y que complica aún más a Nahir Galarza.

La joven de 19 años es la única acusada en el caso, tras confesar voluntariamente el asesinato, sin embargo, los cambios que tuvo en sus declaraciones, confundieron aún más a la policía y ahora con cada hallazgo nuevo, los relatos de Nahir pierden fuerza.

Primero, el tema del forcejeo es algo que la joven ha afirmado en todas sus declaraciones, sin embargo, tanto el fiscal Sergio Rondoni como amigos de la víctima, señalaron en los primeros días de investigación que no existía evidencia corporal de que la moto iba en marcha cuando salió el primer disparo tras un forcejeo.

La moto tampoco presentaba “daños significativos”, señaló, por lo que Rondoni afirmó que las opciones son que el joven haya frenado o bien se haya movido a muy baja velocidad cuando recibió el primer balazo, consignó el medio local TN.

Tras la autopsia, se determinó también que el cuerpo de Fernando no presentaban lesiones producidas por una caída. Esto porque si el disparo se hubiese producido cuando iban en movimiento, el joven habría perdido el control de la moto y ambos habrían caído al piso. Nahir tampoco presentaba lesiones.

Otro punto importante es que tras las pericias que se hicieron en el lugar, se determinó que la moto estaba apagado, no tenía marcas de golpes y el casco estaba a un metro y medio del cuerpo de Fernando. No obstante, el de Nahir estaba al lado de él.

Recientemente, además, se pudo desbloquear el celular de Pastorizzo, gracias a una copia de seguridad que se obtuvo a través de su computador.

Gracias a eso descubrieron que a las dos de la madrugada, Fernando se encontraba en un local comercial, dada la ubicación que marcaba el celular, y recibió una llamada de Nahir. Luego se reunieron y juntos se fueron hasta un hotel en la moto.

También habrían pasado a cargar combustible, y ya entrada la madrugada pasaron por la calle donde el joven recibió los disparo, sin embargo, lo más curioso es que tras fallecer, su celular se movió durante 15 minutos y luego volvió al lugar del crimen.

Dado lo anterior, la policía tendría la tesis de que la única que pudo haber tomado el teléfono era Nahir, quien probablemente lo tomó para borrar algún tipo de información relevante.

Cabe señalar que en un principio la joven admitió haberle disparado a Pastorizzo, pero luego cambió su declaración diciendo que había sido un accidente pero que no lo había admitido por miedo a que no le creyeran.

Recordemos que los cargos que enfrenta la joven es de homicidio calificado con arma de fuego y agravado por el vínculo, un crimen por el que arriesga prisión perpetua.