¿Se imaginan estar 12 días sin Facebook, YouTube o sin resolver una inquietud a través de Google? Ese es el panorama que experimenta la isla polinésica de Tonga, bajo el dominio de Nueva Zelanda, y que tiene 108 mil habitantes. ¿El motivo? Una caída en la conexión a internet y que podría volver a la normalidad este fin de semana, aseguraron desde la firma a cargo del servicio.
Todo comenzó cuando, aparentemente, un barco destruyó un cable submarino de fibra óptica, de acuerdo a lo que informa The New York Times. En el artículo agrega que han existido otros inconvenientes como la imposibilidad de comunicarse telefónicamente tanto dentro de la región como con el exterior.
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Es por eso, y con afán de fijar prioridades, la empresa responsable de la distribución telefónica y de internet, Tonga Cable Ltd, si bien comenzó restableciendo sus servicios, estos tuvieron una consecuencia para los internautas: bloquear el uso de redes sociales y Google “para mantener un ancho de banda regular”, agrega el medio norteamericano.
En ese sentido, el director de la compañía, Piveni Piukala, calificó lo sucedido como un “absoluto desastre” y “crisis nacional”. Labores como pagos con tarjetas bancarias y lectura de correos electrónicos han tenido una gran dificultad para empresarios y residentes, señaló.
Un cometido que costará, según el medio ruso RT, más de un millón de dólares. Sin embargo, el trabajo para que todo retorne a la normalidad será lento: el líder de la firma informó que primero se debe “restaurar el acceso a la red para las agencias gubernamentales e industrias como aerolíneas y bancos”.
Piukala fue empático en entender que los habitantes necesiten de Facebook, pero hizo hincapié en que no se puede hablar de “cosas superfluas cuando estamos varados en una isla sin comida”, aseguró.