“Jamás habíamos visto un homicidio con tanto ensañamiento”. Con esas palabras el detective a cargo de la investigación por la muerte de Tomás Acevedo describe el macabro crimen, asegurando que es de los más impactantes que le tocó ver en sus 23 años de carrera.
Según BioBioChile, pasadas las 23:00 horas del sábado 27 de julio fue hallado en un sector eriazo en cercanías del Puente Zamorano, en San Vicente de Tagua Tagua, el cuerpo del joven scout Tomás Acevedo Olea.
Fueron voluntarios de Bomberos que se habían unido a la búsqueda quienes encontraron el cadáver, casi 5 horas después que la madre del adolescente estampara una denuncia por presunta desgracia. Al mismo tiempo, la comunidad había iniciado una campaña en redes sociales y en terreno para dar con el paradero del joven de 17 años.
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El hallazgo conmocionó a la ciudad e incluso a los policías que, por instrucción del Ministerio Público, comenzaron en ese momento a investigar lo ocurrido. Las 234 heridas cortopunzantes que presentaba el cuerpo no dejan indiferente ni al más avezado detective.
Así lo reconoció el comisario de la Brigada de Homicidios (BH) de la Policía de Investigaciones (PDI) de Rancagua, Juan Reyes, en conversación con BioBioChile. Pese a llevar 23 años trabajando en la institución, aseguró que este es “de los casos más impactantes” que le tocó ver en su carrera.
Una llamada los delató
Reyes detalló las claves que permitieron, en menos de una semana, encontrar a los principales sospechosos del macabro crimen. De acuerdo a los antecedentes que se han recopilado hasta ahora, fue una llamada telefónica recibida por Tomás mientras se dirigía hasta el lugar donde se produciría su muerte, la que delató a los responsables.
“Esa llamada inmediatamente nos hizo sospechar que (…) la hizo una persona que estaba vinculada directamente con el homicidio”
– Juan Reyes, comisario de la PDI.
Tras una reunión con su grupo de scout, el joven fue al encuentro de una menor de 15 años, de iniciales F.S.M, quien era su amiga. La menor lo había citado en ese apartado lugar para reunirse a escondidas, presuntamente para sostener un encuentro sentimental.
Esta joven, ahora detenida, fue precisamente quien lo llamó a las 12:43 horas de ese fatídico sábado para confirmar la asistencia de Tomás a la reunión. Aquél contacto quedó guardado en el registro de la empresa telefónica, al cual tuvo acceso la PDI dos días después del homicidio.
Esta llamada resultó, junto a algunos registros audiovisuales, siendo tremendamente relevante para el éxito de la investigación, pues permitió cerrar el círculo de sospechosos. Lo anterior, porque las cámaras del departamento municipal de Aseo y Ornato ubicadas cerca del Puente Zamorano captaron el momento exacto en que la joven de 15 años se encontró con la víctima.
Encuentro fatal
Una vez juntos, ambos caminaron por un sendero ubicado a la orilla del estero Zambrano hasta un sector eriazo, allí -sin que Tomás lo imaginara- se encontraba esperándolos Ulises Labrín Garrido, joven de 23 años que era el pololo de la quinceañera.
De acuerdo a los antecedentes que hasta ahora se manejan, habría sido cuando, sin mediar provocación alguna, Labrín Garrido comenzaría la brutal agresión que se extendió, según estiman los peritos, por más de 20 minutos. Las más de 230 heridas cortopunzantes son la muestra clara del ensañamiento y alevosía con la que actuó el presunto asesino.
https://www.pagina7.cl/notas/actualidad/2019/08/08/vecinos-describieron-introvertida-personalidad-de-imputado-por-crimen-de-joven-scout-tomas-acevedo.shtml
El homicidio no fue improvisado, hubo preparación, según acredita la Fiscalía. Esto, porque el autor material utilizó guantes quirúrgicos para cometer el crimen, posteriormente se cambió ropa y robó el celular de la víctima para evitar dejar evidencia.
Tras el macabro asesinato, F.S.M y Labrín Garrido salieron como si nada hubiera pasado desde el lugar. Tomados de la mano caminaron hacia la calle principal.
Implicada en el funeral
Sin mostrar el más mínimo signo de arrepentimiento, la joven sindicada como la autora intelectual del crimen de Tomás Avecedo llegó hasta su velorio. Dio el pésame a la familia de la víctima e incluso, hizo guardia de honor junto al ataúd.
Luego de participar de esa ceremonia, también se dio el tiempo para conversar con la prensa sobre las características positivas de quien definió como “su hermano scout”.
“Una persona que siempre te apoyaba, que si te podía dar un consejo siempre estaba ahí… un abrazo o algo así. Un hermano scout… compañero de enseñanza media y de colegio”, dijo la adolescente a TVN.
La madre del joven asesinado, Bety Olea, explicó posteriormente al matinal del canal estatal cómo fue el encuentro.
“Ella me miró a los ojos sin ningún signo de arrepentimiento… cuál es la necesidad de matar a alguien y de la manera que lo mataron. A mí no me queda otra opción que es porque mi hijo no quiso nada serio con ella. Mi hijo podría, quizá, estar vivo hoy día”, lamentó la mujer.
¿Confesión o asedio policial?
Con el registro de la llamada que recibió el joven scout minutos antes de su muerte, la policía logró dar con el nombre de la propietaria del teléfono desde donde se realizó. El número estaba registrado a nombre de la mamá de la menor implicada en el homicidio.
El jueves 2 de agosto, 5 días después de la muerte de Tomás, la imputada y su madre (dueña del teléfono) participaron de una entrevista masiva que convocó la Fiscalía. Allí, la menor reconoció ser quien utilizaba el número que realizó la llamada clave.
Pese a encontrarse en el cuartel policial, la joven -quien estudia en el mismo colegio de la víctima y también es scout- no evidenció querer confesar su participación en lo ocurrido.
“Al ser entrevistada la imputada en este caso, llamó mucho la atención su actitud, porque ella estaba muy preocupada de qué información nosotros teníamos respecto al teléfono”, explicó el comisario Reyes.
Cuando fue consultada por el aparato, F.S.M aseguró que se le había borrado toda la información. Luego de visitar el cuartel de la PDI y presionada por el asedio policial, le confesó a algunos de sus cercanos lo que pasó.
Al día siguiente (viernes) se concretó la detención de la joven en el colegio donde estudiaba, luego que su madre alertara a la PDI de la situación. Entonces, ella declaró ante la policía y sindicó como responsable material del asesinato a su pololo, quien horas después fue detenido en Buin.
Ambos estuvieron en calidad de detenidos hasta este martes, día en que el Ministerio Público formalizó cargos por homicidio calificado en contra de los principales responsables de 15 y 23 años.
Según indicó la jueza de Garantía, Jessica Hidalgo, a Radio Bío Bío en la zona, al adulto se le imputó “una participación directa en la comisión del ilícito y la menor adolescente como coautora mediata del articulo 15 número 3 del Código Penal”.
“Se decretó la medida cautelar más gravosa del adulto, una prisión preventiva, y la adolescente la internación provisoria por estimar el tribunal que la libertad de ambos constituye un peligro para la seguridad de la sociedad”, agregó Hidalgo.
El plazo investigativo se fijó en 6 meses, periodo en el que la PDI continuará buscando antecedentes que permitan, por ejemplo, corroborar si alguien más estuvo enterado de lo que pasaría antes de ocurrido el crimen.
Las motivaciones
Dos teorías han surgido respecto a las motivaciones que tuvo la pareja para planificar este asesinato. En primera instancia se trabajaba en la hipótesis de una supuesta venganza.
Esto, porque de acuerdo al relato de la menor, habría sido abusada por Tomás, razón por lo que se decidió una supuesta venganza junto a su pololo.
El abuso habría sido comunicado antes a su pareja, quien instó a la adolescente a que denunciara el ilícito a la policía. Ante la negativa, planearon el crimen. No obstante, en la audiencia de formalización la menor habría cambiado su versión, confesando que jamás existió el delito en su contra.
Este hecho puntual era, aparentemente, desconocido por el sindicado como autor material del homicidio, quien, según testigos, al enterarse de ese nuevo antecedente comenzó a descontrolarse “a tiritar, a mover mucho sus manos” dejando en evidencia que no lo esperaba.
Por su parte, la defensa de la menor alegó que su representada fue utilizada por Ulises y que sería él quien planeó el crimen que conmocionó a San Vicente de Tagua Tagua, a la región de O’Higgins y a todo Chile.