El 8 de noviembre de 2011 Pascale Alvarado fue vista por última vez. La joven desapareció en el centro de Puchuncaví, en la región de Valparaíso, cuando se aprestaba a ir a la casa de una compañera de colegio, tras finalizar su penúltima jornada de práctica, en una oficina de contabilidad de la comuna.
Ahora, después de nueve años, la Fiscalía de Quinteros tener pruebas para acusar a dos sospechosos del caso. Se trata de un hombre de 50 años y otro de 47, de Purén y San Felipe, respectivamente.
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Fue el fiscal, Luis Ventura, quien tomó las riendas hace un año, quien pidió una audiencia para formalizarlos por el delito de secuestro el próximo 26 de noviembre, en base a las pruebas recopiladas.
Cabe señalar que los sospechosos estaban en la mira de los persecutores hace más o menos tres años. Fue en 2017 cuando un informe de la Brigada de Homicidios de Valparaíso, señaló que el Ministerio Público ordenó intervenir los teléfonos de ambos imputados.
En dicho documento también se conoció otro importante dato: el hallazgo de una camioneta Nissan, que de acuerdo a las pericias, se usó en la desaparición de Pascale. En marzo de este año, el vehíuclo fue incautado.
“Sentimos rabia y pena”
“Sentimos mucha rabia y pena, porque sabemos que no vamos a recuperar a Pascale. Pero también tenemos la esperanza de que ya teniendo a estos dos sujetos identificados, quizá hablen, confiesen la verdad y nos digan dónde la dejaron”, dice Aranxa, hermana de la desaparecida a Las Últimas Noticias.
La joven de 22 años dice que al comienzo de la investigación se centraron mucho en la familia y no en hacer una búsqueda. Aranxa dice que, por ejemplo, una vez les dijeron que revisarían su casa para encontrar algo que permitiera dar con el paradero de Pascale, pero recuerda que “nos dieron vuelta la casa, como si fuéramos unos narcotraficantes”.
Aranxa confiesa que durante todo este tiempo, las cosas empeoraron en su círculo. “Nuestra familia, en vez de unirse, se desunió. Nos fuimos alejando. Mis papás se separaron. Siento que ocurrió algo así como un efecto dominó: cayó uno y caímos todos”, expresó la joven.
Asimismo, indicó que en términos personales el avance de la investigación le permitió estabilizarse. “Acercarnos a la verdad, en vez de tirarme para abajo, me dio más ganas de luchar por Pascale“, manifestó.