Narmín Albawwab, madre del niño chileno en Gaza, contó por qué decidió no escapar de Palestina pese a estar viviendo una Guerra.

La mujer indicó que no sería feliz con su hijo, dejando atrás a su familia.

Según consignó la Revista Sábado, Narmín relató los primeros días de la guerra y cómo vive con su pequeño actualmente.

Al respecto, dijo que, cuando detonaron los misiles “Ghassan estaba debajo de mí; lo alcé con la mano y empezamos a caminar lentamente entre la polvareda y la oscuridad que dejó la nube de cenizas, para alejarnos lo más posible del lugar”.

Cuando aquello sucedió, notó que sus padres, su hermano, cuñada y su sobrino venían detrás buscando ayuda.

En eso, una ambulancia pasó y los llevó al Hospital Al-Shifa, lugar donde están actualmente viviendo en una tienda de campaña de 12 metros cuadrados junto a otras 25 personas.

Este relato lo contó a su cuñado Gustavo Zehnder, quien vive en Linares. El padre del pequeño, quien también era chileno, lamentablemente falleció en 2019 producto de un cáncer de colon.

Narmín vivía en Irán con su hijo; sin embargo, decidió cambiarse a Palestina para estar más cerca de sus raíces.

“Quería que Ghassan creciera cerca de sus abuelos y sus cercanos, en mi tierra. Anhelaba que mi hijo se conectara con sus raíces, sintiera la pertenencia a la tierra y a la causa palestina”, contó.

La actual vida de niño chileno en Gaza

Tras las explosiones, el pequeño llegó al hospital con una complicación respiratoria grave y taquicardia más un tratamiento de tres sesiones diarias de oxígeno.

Actualmente, come una vez al día y toma el mínimo de agua para ir lo menos posible al baño, pues salir del área es un peligro constante.

Pese a todo esto, Narmín decidió no escapar.

“La idea de escapar me está matando. No puedo aceptarlo. Le planteé a las autoridades chilenas de la embajada palestina en Cisjordania que no escaparé de Gaza sin mis padres”, explicó.

Y continuó: “Y, por otro lado, pienso: ¿por qué debería huir? Y ¿de qué debería huir? Creemos en Dios, la vida después de la muerte”, dijo.

Con ello, indicó: “Sí, tenemos miedo de los bombardeos, a la guerra y a la destrucción, pero lo que nos suceda será elección de Dios. No seríamos felices con Ghassan si nos fuéramos y dejáramos a nuestra familia atrás para morir. Nunca sería feliz”, cerró.