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El complejo historial médico de Isidora, la fallecida hija del senador Jaime Quintana

Escrito por:   Valentina Pizarro

Isidora, hija senador Jaime Quintana

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El pasado domingo falleció Isidora Quintana Aguilera, hija del senador y presidente del Partido Por la Democracia (PPD) Jaime Quintana.

Si bien no se ha dado a conocer el motivo del deceso, la joven de 20 años tenía un amplio historial médico.

En una entrevista que dio Quintana a La Tercera en 2013, su hija mayor era incapaz de movilizarse por sí sola, por lo que usaba una silla de ruedas.

Susana Aguilera Vega, esposa del senador, tuvo un embarazo de riesgo: "Al cuarto mes nos dijeron que el embarazo sería complicado. Nosotros necesitábamos un médico especialista en embarazos de alto riesgo, pero tocamos mal la puerta".

"Susana necesitaba hacer reposo desde el mes cinco en adelante y no lo hizo", explicó al medio.

Al momento de su nacimiento, Isidora solamente pesaba 700 gramos y midió 34 centímetros, por lo que se consideró como una prematura extrema.

Sin embargo, "tenía reflejos, reacciones, órganos inmaduros, pero con potencial. Nos sentimos tranquilos, pese a su situación de riesgo".

Los problemas de Isidora después de nacer

Al tercer día de su nacimiento, la bebé tuvo una hemorragia intercraneana, luego una retinopatía prematura, problemas gastrointestinales.

"El problema de los prematuros extremos es que están expuestos a enfermedades asociadas a los órganos inmaduros. Y ella tuvo gran parte de estos problemas", sostuvo Quintana.

Isidora estuvo 40 días conectada a ventilador mecánico y tres meses internada en el recinto de salud.

"Fue un momento muy doloroso. Pasábamos horas en la clínica, hablando con los médicos. Después fuimos tomando decisiones siempre con la opción de la vida. Porque en algunos momentos también te dan distintas miradas. Hay momentos en que te dicen: ¿le hacemos o no tal procedimiento? Y nosotros estábamos totalmente aferrados a la vida", aseguró.

Al momento de la entrevista, cuando Isidora Quintana tenía 9 años, había una mujer que la cuidaba todo el día, y la niña asistía tres veces al año a la Teletón. Además, un kinesiólogo iba a su casa dos veces a la semana.

"La niña no puede sentarse, mover las piernas ni los brazos. Tampoco habla", comentó Quintana.

Aun así, declaró que "yo siento que ella está con nosotros. Celebra cuando nos ve. Siento que entiende, que nos conoce. A veces se ríe, grita, trata de hablar. Estoy seguro de que está conectada con nosotros".