El programa juvenil Yingo salió de pantalla hace un poco más de dos años tras seis años de transmisión ininterrumpida con 13 exitosas temporadas. El espacio se convirtió prácticamente en el sucesor natural del extinto Mekano y ganó adeptos rápidamente gracias a la diversidad de los jóvenes que componían el plantel.
De esa nueva camada de jóvenes que prometían robarse las tardes de la televisión abierta, salieron varios talentos que lograron hacerse un espacio en la pantalla chica, pese a las dificultades con las que pudieron encontrarse en el camino.
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Ese fue el caso de Cristian Jara, más conocido como “Hardcorito”, quien pese a que una vez terminado el programa decidió alejarse completamente de las luces, supo reinventarse para volver a dar la pelea y convencer al mundo de que merece un espacio en la “tevé”.
Es por eso que hace aproximadamente cuatros meses que podemos ver al ex chico Yingo por las pantallas del LivTv, a cargo de un programa inédito, hasta ahora, en la televisión chilena. Se trata de Pachangueros, un espacio dedicado exclusivamente a la nueva cumbia chilena, a través del cual pretenden convertirse en una vitrina para bandas emergentes, y para otras más consolidadas pero que aún así no tiene tanta visibilidad en los medios.
Respecto a esta nueva etapa televisiva, Cristian asegura estar muy contento por la buena recepción que ha tenido el programa, y porque siente que esta vez sí está en “lo suyo”. “Llegar a LivTv ha sido genial. Es un canal que apuesta por la gente joven, es inclusivo y muy diverso en cuanto a sus contenidos”, algo que, a su juicio, le falta a los otros canales. “Hoy la TV abierta es mala para aceptar nuevas estrategias, se cierra a nuevas posibilidades, nuevos rostros, cabros jóvenes. No hay rostros jóvenes potentes, como que existe una especie de eslabón perdido en ese sentido”, señala el ahora ex “Hardcorito” en entrevista con Página 7.
Su gran sueño con este programa es que se convierta en una especie de Pasión de sábado, el exitoso programa argentino de cumbia villera. “Me gustaría que el 80% de los chilenos que escucha y disfruta la cumbia, pueda tener un programa que sintonizar todos los domingos y disfrute por horas de bandas en vivo, bailes, y notas entretenidas. En Chile, no ha habido nunca un programa así, enfocado a la cumbia”, confiesa.
Tal ha sido su crecimiento, asegura, que hoy en día se siente preparado para animar cualquier programa, labor que nunca pudo desempeñar en Yingo. Eso sí, agrega que no podría tener un estilo empaquetado como por el que ha optado Karol “Dance”, por ejemplo. “Lo mío es más natural, yo soy más relajado. A mí me gusta la gente, me gusta la población y creo que algún día voy a llegar a ser un gran animador, pero siempre en mi estilo”, puntualiza.
Quizá por eso es enfático al decir que no admira a ningún animador chileno, pues considera que todos son “fomes” y poco naturales. “No admiro a nadie, pero sí me gusta la escuela de rostros como el fallecido Felipe Camiroaga, Martín Cárcamo o Julián Elfenbein, como que ellos aún conservan esa esencia más relajada y natural”, agrega.
Su otra pasión: La vida sana
La vida de Cristian se divide entre el trabajo en TV, sus negocios, la familia y los estudios. El joven está muy pronto a titularse de preparador físico, y nos contó que ya está trabajando en esa área, haciendo clases de zumba, principalmente en su población, y de entrenamiento funcional.
Si bien comenzó haciendo clases en plazas y parques, el emprendedor también lleva el ejercicio hasta tu casa, pues realiza intervenciones a domicilio, donde asiste con todo el equipo para armar un completo circuito de entrenamiento.
“Hoy en día se están dejando de lado un poco los gimnasios, la gente está optando por ejercitarse al aire libre y con rutinas más completa, que es lo que hago yo”, indica.
Papá primerizo
En abril pasado, Cristian Jara y su novia, la bailarina y ex Yingo, Carla Cáceres, se convirtieron en padres por primera vez de una niña que lleva el nombre de Rafaela Jesús.
Sobre su experiencia como papá primerizo, Cristian confiesa estar “chocho”, pues pese a que siempre sintió que tenía un lado “paternal” bastante desarrollado, la llegada de Rafaela le provocó un sentimiento indescriptible. “Ser padre es un amor que no tiene justificación. Así lo defino yo, es algo que simplemente nace, no sé cómo explicarlo mejor”, asegura.
“Unión de risas”: Vocación de servicio
El animador nos contó que actualmente se encuentra en proceso de instaurar una fundación que lleva por nombre “Unión de risas”, y que está enfocada en “llevar momentos gratos a personas en situaciones adversas”.
Cristian se ha caracterizado por ser un asiduo participante de beneficios, y con esta ONG espera llegar a muchas más personas que necesiten un momento de distracción, especialmente los niños. “Hay niños que han vivido toda su vida en un hospital, pacientes oncológicos, por ejemplo. En ese sentido, nosotros queremos ser una fundación que los ayude a enfrentar sus enfermedades desde el optimismo y la alegría”, remata el “pachanguero”.