Tener un bebé no es nada fácil y esto bien lo sabe la estrella estadounidense Kim Kardashian. La socialité tuvo un sufrido primer embarazo debido a la diabetes gestacional y otra condición llamada placenta accreta, que estuvo a punto de dejarla sin posibilidad de ser mamá de nuevo, ya que necesitó varias cirugías en su útero.
Hoy, es la orgullosa mamá de North West y suma 36 semanas de gestación de quien será su segundo y último hijo, ya que deberán removerle el útero tras su nacimiento. Pero como si no fuera suficiente, le apareció otra complicación en el camino: el pequeño en su vientre está invertido. Es decir, que su cabeza está hacia arriba y sus pies apuntan al canal, volviendo más riesgoso el parto.
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A pesar de que su hermana mayor ha tenido tres hijos y su mamá trajo al mundo a seis chicos, ninguna ha experimentado algo así: “Parece que el 4% de las mujeres enfrentan un embarazo con el bebé invertido, así que ¡qué suertuda!”, escribió a través de su aplicación.
“Es difícil, porque usualmente voy donde mi madre o Kourtney por consejos, pero ninguna de las dos -con nueve embarazos- han vivido alguna de estas cosas locas”, señaló, como recoge el portal femenino Marie Claire.
Es por esto que Kim está tomando el asunto en sus propias manos: “Me tiendo prácticamente al revés tres veces al día por 15 minutos. Pongo música en la posición correcta. Hasta he comenzado a practicar acupuntura quemando artemisa en mi dedo meñique cada día. ¡Incluso estoy intentando hipnosis!”, admitió con cierto estrés.