Este miércoles Marcela Vacarezza estuvo como invitada al matinal de Mega, Mucho Gusto, donde conversó de la relación que mantiene con sus hijos.
En la oportunidad, la psicóloga explicó cómo ella y Rafael Araneda sobrellevan la adolescencia de sus hijas Florencia y Martina.
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En especial se refirió a los carretes de los jóvenes hoy en día, los que reveló son con bastantes excesos en algunos casos, por lo que ellos ejercen gran fiscalización sobre las salidas y amistades de sus hijas.
“En la playa, por lo menos donde vamos nosotros, no hay lugares para cabros jóvenes para pasarlo bien. Sector de Cachagua-Zapallar-Maitencillo. Entonces, ¿qué es lo que pasa? Los cabros se van a la playa a fumar marihuana, que los cigarros de acá para allá, el copete, el trago. Y la playa es sitio de nadie, porque los Carabineros no entran, porque no les corresponde. Y la Guardiamarina aparece tarde, mal y nunca”, contó en el matinal.
“Yo las dejo (salir). Pero preferiría que fueran a la casa de alguien, o en un local que fuera para cabros jóvenes”, comentó.
Luego comentó que las fiestas son con muchas personas, y que ella prefiere que realicen los carretes en su casa.
“Ahora los carretes no son de 30 (personas). ‘Mamá, 70’. Y yo le digo ‘¡¿te pegaste en la cabeza?!’. Es una cosa impresionante. ¿Y qué es lo que haces? Porque igual yo prefiero que carreteen, pero que estén en mi casa y que sientan mi casa como su casa”.
En la ocasión reveló también que sus hijas han ido aprendiendo, luego de vivir algunos momentos incómodos, como cuando la mayor invitó a tres amigos y terminaron convirtiéndose en 30, lo que generó un caos.
Pero esto no fue todo, pues contó un singular episodio que vivieron en el cumpleaños de una de sus hijas, donde el animador tuvo que frenar a algunos invitados.
“La mayor (de sus hijas) tenía fiesta de 17. Y llegan unos en auto con el vaso, ¡con vaso con hielo y copete! Y Rafa le dice ‘compadre, ¿ese vaso?’. ‘Pero si tengo 18’. ‘A ver, compadrito’. ‘No seas mala onda, si ya tengo 18, podemos manejar y podemos tomar’. Se bajaron del auto con el vaso. Entonces, el Rafa dijo ‘a ver, vienes a una fiesta de cabritas de 17 años. Deja el vasito ahí y te lo devolvemos cuando te vayai’. Y terminó la fiesta y fue a pedir su vaso”, contó entre risas.