Yo Soy Lorenzo, la nueva vespertina que sucederá a Isla Paraíso, comenzó esta semana su proceso de rodaje mientras termina de construirse el pueblo de Vista Hermosa, lugar donde se anclará la trama.
La producción, dirigida por Nicolás Alemparte y con Patricio López en la producción ejecutiva, será una comedia romántica que transcurre en pleno años ’60, época de grandes transformaciones en Chile y el mundo.
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Ambientada en la zona central de nuestro país, la octava teleserie de Mega, cuenta con un renovado elenco que tiene a Mario Horton, Vivianne Dietz y Jorge Arecheta en los roles centrales. A ellos se suman también actores de trayectoria como Francisco Reyes, Sigrid Alegría y Patricia López, entre otros.
Yo Soy Lorenzo, teleserie que se centra en la suplantación de roles, que plantea una inicial lucha por la liberación femenina en plena década de los sesenta y que innovará con una propuesta estética y musical, es la primera apuesta vespertina de época del Área Dramática de Mega.
Para ello, el elenco que también conforman Teresita Reyes, Constanza Araya, Ricardo Vergara, Francisca Walker, Mabel Farías, Otilio Castro, Rodrigo Muñoz, Magdalena Urra y María Elena Duvauchelle, entre otros, ha debido enfrentar diversos desafíos en el trabajo de mesa y preparación de sus nuevos personajes, como por ejemplo: clases de baile, cambios de look y hasta el lenguaje que deberán utilizar.
La octava vespertina de Mega, además, trae de vuelta a las teleseries a figuras como Patricia López -quien no participaba en proyectos de ficción desde hace tres años-, y fichó a figuras de gran trayectoria como Francisco Reyes.
También apuesta por potenciar a nuevos actores en los ejes centrales como Vivianne Dietz, Jorge Arecheta y Paula Luchsinger. Y consigna el debut de Francisco “Toto” Acuña en teleseries locales.
Ahora Mega liberó las primeras imágenes de la grabación de la teleserie, que pretende conquistar a la audiencia. Revisa alguna de ellas:
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¿De qué se trata Yo Soy Lorenzo?
En plena efervescencia de los años 60′, llegamos al pequeño pueblo Vista Hermosa. Allí vive Ernesto, un viudo con una hija llamada Laura, una pequeña “fierecilla” sin domar a la que quiere casar para que siente cabeza, le de nietos y se haga cargo del negocio familiar.
Pero Laura se niega a cualquier intento de casamiento, pues lo único que ha querido desde siempre, es irse del pueblo para conocer el mundo y armar su propia vida.
Desesperado por los sueños de su hija, Ernesto le pedirá a un amigo de muy buena familia y oriundo de la capital, que mande a Vista Hermosa a Lorenzo, su hijo recién llegado de Europa, para que corteje a Laura.
Lorenzo sin más alternativa y de muy mala gana, parte al pueblo acompañado de Carlos, su chofer y mayordomo. En el camino, muy angustiado, Lorenzo decide confesar lo inevitable: a él no le gustan las mujeres.
Por eso, al llegar a Vista Hermosa y bajar del auto, descubriremos que la suplantación de identidad ha comenzado y los roles se han intercambiado: Carlos, el chofer, será el encargado de conquistar a la fierecilla sin sospechar que terminará inevitablemente enamorado de ella, provocando un caos que no será capaz de controlar.