El 24 de junio de 2018 se vivió un momento inédito en Pasapalabra. Esa noche se enfrentaban Ítalo Tamburrino y Sujey Jara por un Rosco que hasta ese momento sumaba 72 millones de pesos.
Finalmente y contra todo pronóstico, ambos ganaron y terminaron repartiéndose el premio, algo que no había pasado en la versión nacional del espacio de concursos conducido por Julián Elfenbein.
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Ahora, a más de un año del doble triunfo en el programa, Ítalo y Sujey conversaron con Página 7 sobre su “minuto de fama” tras su participación en el estelar de Chilevisión, acerca de cómo invirtieron el premio y entregaron sus favoritos para llevarse el acumulado Rosco, que ya está en 360 millones.
“Al principio se notaba eso de la fama, la gente me reconocía, pero después de un año volvió todo a la normalidad. Claro que cuando conoces a alguien, mis amigos dicen ‘¿no lo cachai?, él salió en la tele'”, cuenta Ítalo, entre risas, opinión que comparte Sujey.
“Durante un mes fue como un ‘boom’ lo que había pasado con Italo. Me saludaban en la calle, en el Metro, en la universidad, en todos lados. Pero ya no queda nada de eso, a veces, como talla, sale el tema”, confiesa.
¿Qué hicieron con el premio?
La futura psicóloga reveló que con el dinero que recibió del programa “nos cambiamos de casa con mi papá y mi hijo. Le pude comprar un auto a mi papá y él está en vías de poder establecer su negocio. Además, cambié todo lo que teníamos en cuanto a muebles, electrodomésticos, para vivir un poco más cómodos“, comenta Sujey, quien también reconoció que guardó parte del premio para “más adelante, poder tener mi casa”.
¿Qué hizo Ítalo con los millones? “La plata del premio la ocupé en el departamento donde vivo con mi hermana. Dejé unos ahorritos en caso de emergencia para el próximo año, en caso de que no me salga la beca para hacer el doctorado, pero si me va bien con eso la voy a ocupar en algún viajecito a Europa”, comenta entusiasmado el biólogo marino, que también reveló que se ganó un Fondo de Creación Literaria para sus cuentos.
¿Aún mantienen el contacto?
Si hay algo que los televidentes destacaron acerca de su incursión en Pasapalabra, fue la química y la ‘buena onda’ que se dio entre ambos. ¿Se siguen viendo después de un año?
“Siempre nos saludamos cuando nos vemos y conversamos un par de minutos. Él siempre ha sido igual de buena onda conmigo“, confesó Sujey.
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En tanto Ítalo, sostuvo que “nos vemos de vez en cuando en la universidad. Ahí le pregunto cómo le va con las clases. A veces también nos pillamos carreteando y conversamos un ratito“, confiesa entre risas Tamburrino, quien además es recordado por protagonizar un romántico beso con su pololo en televisión, después de acertar las 25 definiciones de la RAE. Sobre eso reveló una triste noticia.
“Ya no estamos juntos, pero quedó todo en buena. Nos juntamos a almorzar a veces, nos mandamos memes jajaja. Para los dos fue muy bonito que ese momento saliera en pantalla, nos emocionamos mucho cuando lo vimos y sirvió un poquito para poner algunos temas sobre la mesa”, manifestó.
¿Quienes son sus favoritos para llevarse el Rosco?
Varios son los concursantes que han desfilado por Pasapalabra, pero ninguno ha llegado a responder todas las definiciones. Sin embargo, algunos han estado más cerca que otros. Por lo mismo es que ellos revelaron quiénes son sus favoritos para llevarse el acumulado premio, el más alto que haya entregado un premio de la televisión chilena.
“Mi favorita es la Maca (Derado), me dio mucha pena cuando estuvo a una de llevarse el Rosco, siento que lo merece un montón, es de las mejores jugadoras, muy humilde y es un amor de persona”, explica Tamburrino, sobre una de las participantes más queridas por el público.
Por su parte, Sujey se quedó con “el Nico Gavilán y por lo que he visto en redes sociales no creo ser la única. La gente lo quiere harto porque su personalidad es muy tierna, humilde y además que es demasiado inteligente, sabe muchísimo”, comentó.
Donde Sujey e Ítalo comparten opinión es en la dificultad del Rosco, la que según ellos ha subido en el último tiempo. “Hace meses que subió su dificultad notablemente. Además, tiene un componente azaroso, que va más allá del nivel de tu conocimiento, porque puede tocarte una palabra muy simple, que por desgracia no conozcas, y pierdes“, indicó Jara.
“Siento que los Roscos, con el paso del tiempo, igual se van poniendo un poco más difíciles y por eso a veces da la impresión de que baja el nivel de los participantes. Pero todavía sigue llegando gente muy buena”, cerró ítalo.