El estelar de cocina de TVN reunió en su segunda emisión a Eva Gómez, Angélica Castro, Beto Espinoza, Pablo Zúñiga, Vanesa Borghi y Luka Tudor, quienes disfrutaron de una experiencia de cocina participativa, deleitando en la mesa sus propias preparaciones.
En este contexto, los invitados también compartieron anécdotas y revelaciones, como cuando el exfutbolista Luka Tudor contó que su placer culpable es andar desnudo. “Me encanta andar en pelota en mi casa” afirmó y recordó que en su mejor momento también “hice nudismo en Ibiza”.
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Pero no se quedó ahí en las revelaciones, ya que también trajo al presente un conflicto desconocido entre él y el comentarista Mauricio Israel. “Tuve un encontrón muy fuerte con él. Escuché que me estaba pelando y yo lo hasta lo había invitado a mi matrimonio” relató.
Más tarde, le ofrecieron un trabajo radial donde debía compartir escena con Israel y aprovechó ese momento para encararlo: “Lo agarré del cogote y le dije ‘de mi no hables nunca más´” cerró agregando que no aceptó el trabajo.
Entre las dinámicas que se vivieron, una bandeja llegó al set y dentro venía una toca de monja dirigida especialmente a Vanesa Borghi. La argentina comenzó a reír mientras el resto le preguntó si tenía que ver con alguna fantasía sexual. “Me gustan los disfraces sexies” reveló.
No obstante, lo que más llamó la atención fue lo que dijo después al confesar que quiso ser monja: “Me despertaba en la mañana para ir a misa, porque estaba en un colegio súper católico y hacíamos mucha ayuda social, llevábamos la palabra de Dios, siempre me ha llenado mucho ayudar. Pero después conocí a un pololo y cambié”, cerró.
En el episodio de este jueves, los chef Mathieu Michel, Tomás Olivera, y Juan Manuel Pena, guiaron a los participantes en la preparación de una entrada, plato de fondo y postre, mientras que Karen Doggenweiler guió la conversación donde hasta ella fue parte de una de las anécdotas.
Y es que fue Pablo Zuñiga quien contó que cuando junto a la conductora cubrían en Rusia la Copa Confederaciones, un deportista en evidente estado de ebriedad quiso llevarse a Karen y comprarla por un lujoso reloj. Para zafar de la situación, la animadora debió salir corriendo del lugar.
